Vladimir Putin frente a la historia y una presidencia sin final a la vista

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Putin al umbral de la historia con reelegibilidad hasta 2036

Vladimir Putin se encamina a superar el mandato de Stalin en Rusia. Su carrera política y los cambios constitucionales auguran una presidencia extendida

 

Por Francisco Vicario

Caminando hacia un récord histórico, Vladimir Putin se prepara para un probable triunfo en las elecciones presidenciales de Rusia. Con una popularidad que desafía las estadísticas globales, se anticipa que el apoyo de al menos el 80% de la ciudadanía lo reelija como líder del Kremlin. Estos comicios, que se desarrollan en un clima de oposición reducida, llegan tras el lamento nacional por el fallecimiento del opositor Alexei Navalni.

Graduado y exagente, el actual presidente ruso labró un camino distintivo en la política desde sus días en la Universidad Estatal de Leningrado y la KGB. Ascendiendo de las filas de la diplomacia local a la cima del poder nacional, Putin representa el liderazgo de la Federación Rusa más longevo post-Unión Soviética.

Legislación reciente afianza aún más su tenencia en el poder, con una ley firmada que abre la posibilidad de extender su presidencia hasta 2036. Este movimiento podría colocarlo en un pedestal de longevidad gubernamental, superando incluso a Stalin. Su carrera inició con fuerza en la jefatura del Gobierno y, eventualmente, como presidente interino tras la renuncia de Yeltsin.

Reformas y centralización marcaron su primer mandato, transformando el paisaje político de Rusia. Los oligarcas perdieron influencia y se inició una estandarización legislativa en el país. Priorizando la nación, el segundo mandato de Putin impulsó mejoras en sectores clave como la salud y educación.

Con la Constitución limitando su continuidad en 2007, Putin pasó el relevo a Medvédev, manteniendo un control no oficial durante la presidencia de su sucesor. Esta fase, conocida como tandemocracia, representó una estrategia calculada para perpetuar su influencia.

Vuelto a la presidencia en 2012, bajo nuevos términos constitucionales, Putin encaró desafíos geopolíticos significativos, como la anexión de Crimea y el conflicto con Ucrania, que consolidaron su postura en el ámbito internacional. El curso de Rusia bajo Putin se escribe con decisiones audaces que continúan modelando su legado y el futuro de la nación. Con los comicios de 2024, las evidencias indican que su legado está a punto de extenderse, abrazando un capítulo más en la vasta historia política de Rusia.