Tula en el epicentro de los proyectos de Sheinbaum

Con su plan de restauración ecológica de Tula, el Gobierno de la República busca hacer justicia ambiental a esta zona considerada como la más contaminada del mundo y disminuir el impacto en la zona metropolitana del Valle de México.


Si prospera el Plan de Restauración Ecológica de Tula, que dio a conocer la presidenta Claudia Sheinbaum, este podría ser el sexenio de la región tolteca; zona que ahora apunta a ser la más limpia del país, y contribuir a la falta de agua en el centro de México. 

La importancia de que Tula esté en el foco de las políticas del gobierno mexicano radica en que, debido a la contaminación de su agua, aire y suelo, la ONU la declaró en 2006 como la segunda ciudad más contaminada del mundo.

Por lo que ahora Sheinbaum busca el equilibrio ambiental y aprovechar los recursos naturales para mitigar la sequía y la contaminación del Valle de México.

En su momento, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió una declaratoria de emergencia sanitaria para Tula debido a su grave situación, pero la respuesta fue insuficiente e incluso nula.

A pesar de los esfuerzos de especialistas y activistas, el deterioro ambiental y la falta de un plan de acción eficaz impidieron contener el problema, por ello, para la gente de Tula, los anuncios representan por primera vez una esperanza real de acceder a un medio ambiente sano. 

Y es que las consecuencias del impacto ambiental en la región Tula-Tepeji son la alta incidencia de enfermedades y una pésima calidad de vida para las familias.

Los anuncios de la presidenta, que suman inversiones millonarias, se centran en la refinería Miguel Hidalgo y la Central Termoeléctrica “Francisco Pérez Ríos”.

Estas megaobras tienen el objetivo de que se deje de emitir bióxido de azufre y partículas suspendidas que con el viento viajan al Valle de México, lo que contribuye a la mala calidad del aire que respiran millones de habitantes. De ahí la intención de intervenir la Central Termoeléctrica, la Refinería Miguel Hidalgo y en el río Tula.

La contaminación que sufre Tula es conocida en México y en el mundo; sin embargo, organizaciones como la Sociedad Ecologista Hidalguense (SEHI) y México Evalúa acusan que no se han tomado acciones hasta el momento.

Además, atribuyen a Pemex y la CFE como los responsables de emitir contaminantes que afectan todo el entorno y la salud de millones de personas.

Los proyectos para Tula

El pasado 4 de enero, desde el municipio de Tepeapulco, Hidalgo, la mandataria anunció que la Central Termoeléctrica dejará de utilizar combustóleo, un combustible altamente contaminante cuyo uso está prohibido en varios países.

Esta reconversión podría iniciarse durante el presente sexenio y adelantó que los estudios necesarios comenzarían este mismo año.

Otro proyecto es el saneamiento del río Tula, que recibe las descargas residuales del Valle de México. Asimismo, pondrá en marcha el Plan Hídrico, para garantizar el abasto de agua para el centro del país.

Finalmente, un proyecto más para Tula es el centro de reciclaje que será construido en los terrenos de lo que sería la Refinería Bicentenario, el cual representa una oportunidad para contribuir al combate de la contaminación y al mismo tiempo impulsar el desarrollo de Tula.

El proyecto de economía circular, en coordinación con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), convertirá la basura en carbón vegetal para usarse como fertilizante o combustible para abastecer a la Termoeléctrica

Este gran proyecto podría ampliarse, pues de acuerdo a la secretaria del Medio Ambiente, Alicia Bárcena, de las 700 hectáreas que se adquirió para la refinería, hay espacio hasta para dos plantas recicladoras, aptas para recibir residuos de Ciudad de México y el Estado de México.

Con esta serie de anuncios, el gobernador Julio Menchaca aseveró que con los proyectos de la presidenta, Tula se transformará y finalmente accederá a una justicia ambiental para los habitantes de la región.

Menchaca celebró que de los 100 compromisos que asumió la mandataria federal al inicio de su sexenio, seis tengan un impacto directo con el desarrollo económico, ecológico, la movilidad y el bienestar de las familias hidalguenses.

Incredulidad de las habitantes ante los anuncios 

Para los ambientalistas de Hidalgo y específicamente de la zona de Tula, los anuncios solo son eso, así que, hasta que no vean que son puestos en marcha y avancen, se mantendrán a la expectativa.

“La realidad, es que la zona merece una restauración general y de fondo, no solo decretos o anuncios, pues desde la década de los 70, Tula comenzó a resentir la llegada de las empresas y su desgaste ecológico”, afirma Marco Moreno Gaytán, de la Sociedad Ecologista Hidalguense (SEHI).

De acuerdo a los ambientalistas de Tula, lo que sí hay, es dinero para la perforación de pozos, por lo que se teme que los anuncios sean solamente una ‘cortina de humo’, para que la gente “no ponga resistencia cuando se lleven el agua”.

 “Nos van a traer toda la basura, ya fueron seis años de mentiras, eso de que vamos a ser la ciudad más limpia es falso”, señalan habitantes de la región.

Y es que dicen que han pasado 50 años de contaminación, de enfermedad, de muertes y nadie se ha tomado en serio los estudios, ni las demandas para sanear el medio ambiente.

Dentro de su Plan hídrico, se habla de una planta potabilizadora para abastecer a la Ciudad de México, al AIFA y a Pachuca, por lo que la gente reitera que esos proyectos “solo van por el agua”.

En cuanto a la planta de reciclaje, temen que Tula se convierta en el basurero nacional, donde los residuos del Valle de México, Morelos y Querétaro sean enviados hacia allá.