El dueño de Grupo México, German Larrea estaba de acuerdo en regresar un tramo de la concesión del tramo ferroviario del Istmo de Tehuantepec, pero de pronto exigió 9 mil 500 millones de pesos para concluir la negociación, pensando que le pertenece, se olvida que es una concesión gubernamental.
Eso ocurre con muchos usufructuarios de concesiones de bienes de la nación. Que se olvidan que son “prestadas” pero como los gobiernos anteriores les dieron todas las facilidades, incluyendo evasión de impuestos, y contratos muy laxos para ellos, pues se hicieron inmensamente ricos y poderosos.
Por muchos años mangonearon gobiernos. Y dueños de medios de comunicación, chantajeaban los gobiernos corruptos que cedían a todas sus peticiones a cambio de un silencio cómplice que les permitió robar a manos llenas.
¿Qué debe ocurrir con esos tramos de vía ferroviaria? Debe hacerse un avalúo para que se pueda pagar a un precio justo y legal y no al capricho de los abogados del millonario Larrea.
Siendo una propiedad de la Nación concesionada al señor Larrea eso es lo que en realidad procede.
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Lo que llama la atención es la ira desatada por el señor X González que encontró pretexto para lanzar otro feroz ataque contra el presidente más legítimo que ha tenido este país. Y dice palabras más, palabras menos que los empresarios deben tomar medidas extremas contra el gobierno de México. Lo que suena a tambores de guerra.
Desde luego que muchos empresarios deben estar enojados por pagar impuestos correctamente y no poder chantajear al gobierno para poder hacer negocios sucios.
Pero echemos un vistazo a la economía. Los bancos con ganancias estratosféricas, ninguna queja, igual las tiendas departamentales o de servicios, altas ventas.
No veo que las ventas de los miles de oxxos hayan bajado, ni las de Cemex. Y las ganancias de las empresas mineras tampoco. Los emprendedores están teniendo éxito. Entones porqué es el enojo.
Mucha gente viaja incluso al extranjero. Dónde está la pérdida. La mayoría gana más que antes.
Claro los que se quedaron sin entradas por el cierre de las tragamonedas llamadas fideicomisos, o los que dependían de las dadivas del gobierno llamados “embute” o «Chayote» y la suspendida enorme publicidad fuente de riqueza para muchos.
Hay que acabar con la corrupción si pero falta mucha está incrustada en el gobierno, en las empresas, en los abogados, los médicos, los constructores, las secretarias. ¿Todavía hay mucha corrupción? Si claro, se están barriendo las escaleras de arriba para abajo, pero no a todos les conviene por eso tantos ataques.