Insultos, y difamaciones ¿libertad de expresión?
La mafia del poder, políticos, empresarios corruptos y la Suprema Corte de Justicia, iniciaron un golpe de estado contra el gobernador de Nuevo León, Samuel García. Intentan no sólo destituirlo para poner un incondicional, si no meterlo a la cárcel. Y todo por poner en peligro el segundo lugar de su débil candidata a la Presidencia de la República.
Muchas veces, los partidos opositores al gobierno de Morena, lo invitaron a que declinara en favor de la señora de la casa roja. Saben que la candidatura de Samuel les restaría los votos de muchos jóvenes y que ponía en riesgo sus nominaciones plurinominales y con ello el riesgo de ser juzgados.
La trama no ha terminado. Es una trampa orquestada por lo lideres de la mafia en sociedad con el Suprema Corte en un ensayo para iniciar tomas de poder en otros estados y restarle poder tanto a Claudia Sheinbaum como al gobierno actual,
Es decir, erigir al Poder Judicial como el poder de poderes para quitar y poner a su antojo gobernantes. Acaso se preparan par asestar un golpe definitivo en el 2024.
Ahora se revelan sus intenciones. Toda la mafia unida para crear problemas políticos contra la voluntad del pueblo. No les importa la democracia, sólo recuperar el poder para seguir robando, haciendo negocios con los bienes nacionales y reinstalar todos los métodos de corrupción, evasión e impunidad. El pueblo no lo puede permitir.
Son acaso las difamaciones, los insultos y la dispersión de noticias falsas, ¿libertad de expresión o un abuso de ella?
Es claro que hay que poner la ley por encima de todo ello. Pero una cosa es la libertad de expresión de las ideas y otra la calumnia, las difamaciones y la difusión de noticias falsas que perjudican a alguien. Y en ese caso la persona, o la institución afectada puede hacer uso, en su defensa, de la ley que debe proteger su integridad y buen nombre.
ES necesario corregir ese entuerto. Nadie debe ser privado de decir su verdad, su libertad de expresión. Para eso está el debate de las ideas. Pero si deben castigarse los insultos, la divulgación de noticias falsas con la clara intención de causar un daño. Y las calumnias personales que dañan la integridad y el buen nombre de las personas afectadas.
Sólo queda recalcar que los miembros de la Suprema Corte y el Tribunal no fueron electos por el pueblo y pretenden estar por encima de los poderes representativos de la gente. Con sus sueldos millonarios, sus financiamientos y su vida de lujos codeándose con la más alta y rancia sociedad pretenden convertirse en el Supremo poder de poderes y anhelan poder quitar senadores, gobernadores y hasta presidentes respaldados por los corruptos partidos opositores y los grandes ricos que vieron afectados sus negocios con la llegada de la 4T.