Por : Patricia González Miranda
Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, un buen momento de reflexión para aquellas mujeres que luchamos y avanzamos con valentía y pasión por la vida generando cambios con determinación en la historia de diversos países en el mundo.
Es de suma importancia que identifiquemos cada una de las violencias que existen y que podamos proceder de manera adecuada cuando estemos siendo víctimas de alguna de ellas. Debemos visibilizar y actuar ante cualquier violencia en razón de género que cualquier mujer sufra, alzar la voz y denunciarlo.
Como lo había mencionado en una columna anterior, la violencia que más me preocupa es la psicológica porque es silenciosa y difícil de identificar, esta produce secuelas emocionales muy graves en la víctima llegando a la distimia, depresión y posteriormente hasta el suicidio de la víctima que suele ser muchas veces suicidio feminicida. La violencia emocional procede de casa, familia y pareja con hostigamientos, humillaciones, agresiones verbales, manipulación, aislamiento, celos, acoso, restricción, vejaciones, entre otras.
La violencia vicaria utiliza a terceras personas para hacer un daño directo a la víctima mediante niños, animales o personas preciadas como los padres o hermanos. Es una tipología de violencia consciente que el agresor hace con la víctima. Aquí existen diversas características como la quema de ropa, rompimiento de objetos preciados e incluso dañar el físico de la mujer con algún líquido peligroso como el ácido o cloro.
La violencia económica procede donde el agresor busca limitar los ingresos económicos de la mujer. Este tipo de violencia estructural no solo se da en el hogar sino también en el ambiente laboral. En datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), en México las mujeres ganan, en promedio, menos que los hombres. Sin embargo, esas diferencias son menores para las mujeres con mayor preparación y mejores condiciones laborales. 13.4 millones de mexicanas la han padecido en algún momento de su vida este tipo de violencia, es decir, 29 por ciento del total de mujeres de 15 años o más, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016.
Aunado a esta, se encuentra la violencia patrimonial que a diferencia de la económica se manifiesta a través de la pérdida, destrucción, sustracción o retención de bienes, instrumentos de trabajo como computadoras, documentos o recursos económicos tal como pasaportes, actas de nacimiento, destinados a la satisfacción de las necesidades de la mujer
La violencia laboral tiene que ver con todo el hostigamiento o “mobbing” en donde se les dificulta el acceso a las mujeres a puestos jerárquicos. Pueden existir agresiones verbales e incluso hasta físicas con tal de demeritar o menoscabar las capacidades intelectuales de la fémina. También lo podemos observar con una inequidad salarial en la brecha de desigualdad de remuneración a la mujer. Este tipo de violencia puede producir daños severos y también el suicidio en la víctima.
Es sumamente prioritario que las mujeres conozcan sus derechos y que pongan un alto si son agraviadas por este tipo de maltratos.
Vamos a seguir informando y visibilizando los diferentes tipos de violencia para que las mujeres no callen más.
Sumemos al #BastaDeViolenciaEnRazónDeGénero
#HaceVisibleLoInvisible
#BastaDeViolenciaPolíticaDeGénero