Tesla se ve afectado por la guerra arancelaria entre Washington y Beijing, en un contexto de caída global en sus ventas
La escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China ya ha comenzado a pasar factura a Tesla, que ha dejado de recibir pedidos en el mercado chino para sus modelos Model S y Model X, ambos fabricados en territorio estadounidense. La información fue adelantada por la agencia Reuters, aunque la compañía no ha emitido comentarios oficiales sobre los motivos de la decisión.
Esta medida coincide con un nuevo episodio en las tensiones entre las dos principales economías del mundo.
La Casa Blanca anunció un aumento de aranceles del 145% sobre productos chinos, lo que provocó una rápida represalia de Beijing, que elevó al 125% los aranceles a importaciones estadounidenses. Aunque China afirmó este viernes que no continuará aumentando tarifas, calificó la política estadounidense como una «broma en la historia de la economía mundial».
Para Tesla, este conflicto comercial llega en un momento crítico, ya que la compañía reportó una caída del 13% en las entregas globales durante el primer trimestre de 2025, con 336,681 vehículos entregados, cifra muy por debajo de los 373,000 esperados por analistas.
En Europa, las ventas también han sufrido desplomes consecutivos en los primeros tres meses del año, mientras que en China, el segundo mayor mercado para Tesla, la Asociación de Turismos reportó una caída del 49.2% en las ventas de sus vehículos eléctricos durante febrero.
Además del entorno comercial adverso, expertos apuntan a que la exposición política de Elon Musk, fundador y CEO de Tesla, ha afectado negativamente la percepción de la marca y su posicionamiento en mercados clave.
La suspensión de pedidos de los modelos premium Model S y Model X en China refleja los crecientes desafíos que enfrenta Tesla en un mercado estratégico, justo cuando la competencia con fabricantes locales como BYD y Nio se intensifica.