Genaro García Luna es acusado de cinco cargos, cuatro de ellos relacionados con el narcotráfico.
El juez Brian Cogan le dictó la sentencia por 38 años de prisión a Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública en la administración de Felipe Calderón, por delitos relacionaos al narcotráfico, es decir, sus vínculos al Cártel de Sinaloa.
La sentencia por los cuatro cargos que lo involucraban son: vínculos con el narcotráfico, participación en una organización criminal continua y falsedad de declaraciones ante las autoridades norteamericanas.
La sentencia también incluye una multa por 2 millones de dólares y cinco años de libertad condicional.
García Luna fue arrestado el pasado 9 de diciembre de 2019, por lo que los casi cinco años que lleva en prisión serán restados de la sentencia emitida esta tarde en la Corte de Distrito Este de Nueva York.
El exfuncionario mexicano pidió clemencia al mismo juez que condenó a cadena perpetua a Joaquín El Chapo Guzmán. A través de una carta le ruega considerar todos los factores que dieron origen al juicio, entre otros “información falsa aportada por el gobierno actual de México”.
De acuerdo con las declaraciones de Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, quien fue uno de los testigos que participaron en el juicio de García Luna, el exfuncionario mexicano y él se reunieron en varias ocasiones para cobrar sobornos millonarios a cambio de encausar las fuerzas del Estado Mexicano a los rivales del Cártel de Sinaloa.
Según “El Grande”, fue gracias a la “ayuda del gobierno mexicano (en la figura de García Luna) que el cártel creció en términos de territorio”.
La esposa de García Luna, Linda Cristina Pereyra y su hija, Luna, acudieron a la audiencia de sentencia.
“La persona que debería encabezar la lucha contra el Cártel de Sinaloa era, en realidad, uno de sus principales activos”, lanzó el fiscal en el juicio contra García Luna durante la sentencia.
“La sentencia dictada hoy contra el ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, envía un mensaje claro a los líderes corruptos de todo el mundo que utilizan sus posiciones de poder para ayudar a los cárteles: ninguna cantidad de poder los protegerá de la justicia”, dijo la administradora de la DEA, Anne Milgram.