Expertos del sector privado informaron que la evolución económica depende de cambiar la actitud gubernamental hacia captar inversión y actividad productiva
Ante el crecimiento de la actividad económica durante el primer trimestre de 2021, especialistas del sector privado consideran que esto se debe a un efecto de rebote en los principales indicadores económicos. Asimismo, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) comentó, las expectativas apuntan a una recuperación adecuada del Producto Interno Bruto (PIB) hasta 2023. En ese sentido, la recuperación económica requiere que el gobierno cambie su postura hacia temas en materia de inversión y actividad productiva, con objeto de captarlo de manera adecuada y sostenida.
Según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), las ventas a tiendas totales incrementaron 49.5% en abril. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la estimación oportuna del indicador global de la actividad económica registró un crecimiento anual de 20.6% en dicho periodo. Según especialistas del CEESP, estos datos se deben aún al efecto de rebote del regreso a las actividades productivas luego del periodo más estricto de confinamiento sanitario durante 2020. Por ello, «las cifras a partir de abril pueden confundir y generar un optimismo mal posicionado con respecto a las expectativas», comentaron.
El efecto de rebote se puede observar también en Estados Unidos, especialmente en el sentido de las jornadas de vacunación y regreso escalonado a las actividades, agregaron. Durante abril la producción industrial en ese país obtuvo un crecimiento anual de 16.5%, luego de un crecimiento de 1.0% el mes anterior. El Departamento de Comercio informó, las ventas a menudeo crecieron a una tasa anual de 51% en el mismo periodo; pero la actividad productiva no regresa al porcentaje de años anteriores.
De acuerdo con el sector privado, la evolución del índice general de la actividad económica (IGAE) al cierre del año seguirá hasta alcanzar 5.5%, lo que representa un porcentaje inferior a los niveles registrados en 2018 y 2019. Frente a ello informaron, es importante concentrarse en la evolución de los principales indicadores económicos para apreciar la evolución económica.
Al respecto la Secretaría de Economía informó, durante el primer trimestre la inversión extranjera directa (IED) en México fue de 11 mil 864 millones de dólares. Esto indica una cifra mayor a otros periodos relevantes en la pandemia; sin embargo, las inversiones nuevas solo representaron 18.6% del total. La inversión nueva se mantiene en niveles inferiores a los vistos antes de la contingencia sanitaria, incluso durante 1999, cuando cerró en 43.4%.
Captar inversión, desde un entorno de actividad y productiva y amigabilidad en materia de políticas del gobierno, es clave para asegurar la evolución económica. Si bien las cifras de la ANTAD e IGAE muestran incrementos, los indicadores de la inversión fija bruta y el consumo privado se mantienen por niveles considerablemente menores a los años anteriores. Según el CEESP, sus niveles se encuentran 14.9% y 5.8% por debajo del último registro e 2018, respectivamente. «Es urgente que el discurso oficial se modifique, y el gobierno cambie su actitud hacia la inversión y actividades productivas», concluyó.
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