La justa deportiva no gubernamental más importante que se realiza en México es la Espartaqueada antorchista, que se efectúa cada dos años, en Tecomatlán, Puebla, cuna del Movimiento Antorchista Nacional; se medirán en su aptitudes deportivas alrededor de 10 mil competidores, del 6 al 14 de mayo, algunos profesionales y otros aficionados al deporte. Ninguna organización hace un esfuerzo tan importante durante prácticamente los 365 días del año para impulsar el deporte entre la ciudadanía; pocos son los realmente interesados en buscar los mecanismos para involucrar y entusiasmar a niños, jóvenes y adultos en el deporte; muy pocos lo ven como un factor decisivo para educar, disciplinar mente y  cuerpo, y para lograr infundir un espíritu de triunfo en millones de mexicanos, que se sienten simplemente avasallados ante la problemática social y económica que padecen en lo particular y que sufre en general todo el país.      

Ya, en ocasiones anteriores he planteado que, Antorcha, además de procurar la organización de los mexicanos para demandar mejores condiciones de vida, también tiene, entre sus objetivos principales, su educación, y considera al arte y al deporte, armas fundamentales para lograrla, elementos ambos prácticamente abandonados por la oficialidad; y los antorchistas sabemos cuánto cuesta lograr, por ejemplo, que se construyan unidades deportivas, e incluso, unas modestas canchas, o bien que se destinen recursos para pagar entrenadores, maestros de danza, música, etc. No, eso no le da lucimiento al funcionario en turno; eso, considera, no le da brillo ni votos, y si los niños o jóvenes quieren practicar alguna disciplina ¡Que se busquen dónde, porque su gobierno no está para eso, que paguen! ¡Cuánto obscurantismo e insensibilidad encierran estas frases! Olvidan o ignoran quizás, que una sociedad culta es más productiva y delinque menos; que un pueblo con mística deportiva es un pueblo dispuesto a luchar y a sobreponerse a las adversidades, que produce seres humanos más sanos, física y mentalmente. Olvidan o desconocen que el deporte templa al individuo; que se puede, a través de la cultura y el deporte, provocar sentimientos nobles y nacionalistas, tan indispensables en nuestros tiempos para fortalecer la unidad nacional y nuestra cohesión como país. 

En México tenemos un grave problema, pues se ningunea y desprecia a la juventud; se ha reducido el presupuesto en educación, salud y, obviamente, el deporte no puede ser la excepción en este gobierno retrograda, falto de sensibilidad y capacidad, que solo le interesa como comprar conciencias y votos, aunque nuestros jóvenes no tengan opciones ni de educación, ni de empleo menos de desarrollarse en alguna disciplina deportiva o artística. EL gobierno del actual presidente ha disminuido, cada año, el presupuesto destinado a la CONADE (Comisión  Nacional de Cultura Física y Deporte); ha recortado hasta un 65 por ciento las becas para deportistas y entrenadores; y en las distintas entidades federativas, siguiendo el mal ejemplo, se aplica la misma política del gobierno federal: niegan permanentemente el apoyo a los jóvenes, no ven como prioritarios la construcción y mantenimiento de espacios deportivos, etc. Por ejemplo, hace unos días asistió una comisión de jóvenes deportistas a las oficinas de dirección del deporte estatal hidalguense y les respondieron que no tenían recurso para apoyarlos ni con uniformes ni material deportivo; entonces, ¿en qué o en quiénes usan los recursos (aunque sean insuficientes), que maneja dicha institución?

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En México existe una gravísima carencia de apoyo al deporte, apoyo efectivo, serio y sistemático, conforme a un plan estratégico, por parte de todas las instancias gubernamentales; falta promoción y un plan bien diseñado, fundamentalmente, por la Federación, para inculcar en los niños y jóvenes el amor al arte, a la cultura y la necesidad de desarrollar el espíritu deportivo, guerrero. Recordemos que la unidad entre el arte y el deporte brilló en la antigua Grecia, mostrándose en todo su esplendor en la naturaleza de los juegos olímpicos, celebraciones de los logros deportivos y artísticos. Al principio, el deporte fue el centro de los rituales funerarios, posteriormente, se convirtió en una actividad relacionada a las ceremonias religiosas en honor a los dioses olímpicos y al espíritu competitivo del hombre griego:

Según la tradición legendaria, los juegos olímpicos serían, en principio, nada más juegos fúnebres, celebrados junto a las tumbas de los antiguos héroes. Más tarde, estas honras fúnebres se convierten en fiestas religiosas, culturales y deportivas celebradas en la antigua Grecia en honor de Zeus, rey y padre de dioses y mortales; los antiguos juegos olímpicos recibieron ese nombre por celebrarse dentro del complejo religioso de Olimpia, en el Peloponeso. La vinculación de los juegos olímpicos con la religión politeísta griega es muy fuerte, se convocaban cada cuatro años y se celebraban en el mes de agosto, en ellos participaban los atletas, que debían ser ciudadanos, sólo hombres, y se entrenaban durante años en los gimnasios; los atletas participaban desnudos en la competición, cubiertos con una capa de aceite que resaltaba la belleza de sus cuerpos, y sólo los hombres tenían acceso a contemplar las pruebas. Su historia se inicia en el 776 a.C. y se prolonga sin interrupción hasta el 393 d.C.

En Antorcha consideramos que es una tarea fundamental volver a hacer del deporte un arma educativa para el pueblo, un instrumento de formación de la juventud y, es en este contexto que se encuentra la realización de la Espartaqueada Deportiva Nacional del Movimiento Antorchista, que cada dos años se realiza en Tecomatlán, Puebla, y que debería ser un ejemplo a seguir por las propias instituciones oficiales y por todas aquellas promotoras del deporte; esfuerzos como estos no solamente no deben ser ignorados por los gobiernos y sus instituciones, sino firmemente apoyados.

Finalmente les quiero informar que, con el claro propósito de cumplir con la tarea de organizar y educar al pueblo de México, y convencidos que el deporte es una herramienta esencial para ello y que así como hemos promovido escuelas de cultura y de las bellas artes, también hemos impulsado escuelas para preparar deportistas y maestros del deporte, por ello, desde hace 8 años, se formó el Instituto Deportivo “Salvador Díaz Mirón”, que prepara licenciados en Educación Física y en Metodología Deportiva, ubicado en Xalapa, Veracruz; tiene sus puertas abiertas para todo joven que haya terminado su bachillerato.

¡Nos vemos en la Espartaqueada Deportiva Nacional!

@GuadalupeOrona_