Para convencer, generar un cambio social, impulsar un proyecto de nación y una alternativa de gobierno diferente, se requieren de liderazgos natos que se involucren y que su única ambición sea servir al pueblo, consideró el político zacatecano.
Al advertir que en México existen muchos liderazgos natos que están listos para servir al prójimo, el senador morenista Ricardo Monreal, aseveró que el mosaico es muy amplio para poder convencer y generar un movimiento social como el que ya se generó con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que son irrepetibles; pero que siempre transforman a la sociedad.
El coordinador de la mayoría senatorial aseguró que los liderazgos se forman, se van construyendo, no nacen ni se forman en la Universidad o en la Escuela. Hay liderazgos natos, un líder campesino, un líder de una colonia, una líder de una sección electoral que, sin haber estudiado o sin tener una preparación suficientemente reconocida, son verdaderos dirigentes sociales en su comunidad.
Ricardo Monreal, abundó que estos líderes son los que se encargan de llevar servicios, de gestionar las demandas de la población o de la región, o del ejido o de la comunidad.
“Conducir un proyecto y el ser jefe o el ser director o líder de un proyecto político, debe tener varias características, una de ellas es cuidar a su equipo, no maltratarlo y además darles tareas específicas y concretas en las que no se dupliquen las funciones”, manifestó a través de sus redes sociales.
El congresista, sostuvo que, en un equipo de trascendencia nacional, se requiere no sólo la convicción, sino prepararse y también disciplina dentro del equipo y la división de trabajo; haciendo cada uno lo que le corresponde, para sacar adelante los proyectos.
Reprochó que actualmente hay gente que quiere participar, pero no la atienden y no son corteses con ellos.
“En nuestro país hay miles de líderes naturales en los jóvenes, en las mujeres, en los adultos, en los líderes campesinos, en los líderes obreros; en los maestros, incluso en asociaciones religiosas y ministros de culto religioso, que la ley les permite simplemente opinar sin meterse e involucrarse o yendo a actividades políticas».
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