Hace 18 días, el presidente López Obrador se pronunció durante su matutina en Palacio Nacional por “un pronto” arreglo al conflicto laboral que hace más de 18 meses mantiene semiparalizada a Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, que este mismo mes cumplió además 53 años de vida. “Pronto” resulta un concepto impreciso, vago, incierto en todo caso.
Para un trabajador en huelga y sin ingresos hace un año y medio, “pronto” podría sonar esperanzador, aun cuando también sumamente incierto. Para el presidente, “pronto” podría ser una semana, un mes, un año o quizá más. Es un término vago. “Pronto” para la titular de Notimex, que un año y seis meses después de iniciada la huelga sigue cobrando su salario íntegro, no significa nada porque le da igual que la huelga se resuelva o no, al fin y al cabo ella cobra religiosamente su generoso emolumento, se ajuste esto o no a la austeridad republicana, y así y esto resulte ilegal en medio de una huelga, también desacatada por la Dirección de Notimex.
En consecuencia, ese “pronto” suena a algo parecido a las calendas griegas.
Es probable que septiembre, ya inminente o tan “pronto” como diez días más, resulte clave para este prolongado conflicto laboral, el peor de toda su historia de más de medio siglo. ¿Por qué? Por un asunto presupuestal. Notimex absorbe un presupuesto anual en torno a los 200 millones de pesos. Habrá quien diga que es poco dinero para un medio público de comunicación, hoy bajo asedio del conflicto. El presidente López Obrador aseguró en los primeros días de este mes que él “fildea” a todos porque se da cuenta y está enterado. Incluso dijo que en su gobierno hay dos posturas divergentes en torno a la solución del conflicto.
Para otros sectores, 200 millones de pesos es una suma baja. Unos más creen que esos recursos bien podrían ser muy útiles para apuntalar la política de “primero los pobres”, o incluso otros programas de impacto social considerados prioritarios por el gobierno de AMLO.
Cualquiera que sea la valoración sobre Notimex, su utilidad como medio público y aún los intereses en pugna reconocidos por el propio presidente, lo que está claro es que hay que resolver el conflicto de Notimex, darle una salida “pronto”. Sería lo correcto, lo ético y sobre todo lo financieramente sensato. “Pronto”, tan pronto como septiembre, los diputados en San Lázaro tendrán en sus escaños el presupuesto federal del 2022. Y podrán decidir un uso productivo de dinero público. No es una cosa menor. Ojalá que sea pronto.
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