En Metepec, Jorge Flores asegura que hay un incremento en la compra de productos cultivados sin pesticidas
En una nueva cultura de alimentación, la adquisición de los productos orgánicos ha ganado interés de consumo, sobre todo después de dos años de pandemia situación que ha impulsado a que la agricultura también tenga un cambio en sus métodos de producción.
Lo anterior lo explicó Jorge Flores, productor de alimentos agrícolas orgánicos del municipio de Metepec, quien refirió que, desde hace cinco años, incursionó en la producción orgánica, misma que le ha traído beneficios en cuestión de la rentabilidad económica ante la demanda.
«La agricultura orgánica es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos y al mismo tiempo, minimizar el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana.
“Las personas se llevan a su mesa un producto que no tiene pesticida, no tienen ningún agroquímico, todo es natural, nos apoyamos de compostas”, expuso.
Es así como verduras como el jitomate saladette, el cherry, así como el heirloom, las calabacitas, el tomate de hoja, pepino armenio, cebolla, zanahoria de colores y chiles jalapeños, son cultivados y abonados con compostas y regados con agua de pozo profundo.
«El pepino, el jitomate y las calabacitas son cultivadas en invernadero, mientras que la cebolla, otra variedad de calabazas y las zanahorias son sembradas a campo abierto, así como algunas verduras que son cilantro, coliflor y epazote, de modo que su producción en promedio es de una tonelada a la semana», expuso.
Estos productos se siembran sobre cuatro hectáreas en la comunidad de Estación de Apulco, pero su meta es lograr que la producción se extienda a seis hectáreas para surtir en la región de Tulancingo y algunos municipios de la región Otomí-Tepehua.