Tras las dificultades en ordenamientos territoriales, atender la escasez de agua en México requiere planeación a futuro
Según expertos convocados por Ecolab, la crisis hídrica del país requiere de varios frentes para atender cuestiones relacionadas con la escasez.
De acuerdo con Ecolab, 9 de cada 10 consumidores consideran que las empresas e industrias no tienen directrices para responder a la escasez de agua en México. Bajo esta línea, expertos convocados para un conversatorio virtual de la compañía señalaron que la planeación a futuro es clave ante la crisis hídrica, especialmente con medidas territoriales y de concientización.
El director de Nalco Water Light en Norteamérica, Bernardo Villasuso, informó que los mexicanos no creen que las empresas y el gobierno tomen medidas para atender los retos hídricos. Tales como el uso racional del agua, el manejo de los desechos,recuperación de las fuentes del recurso, entre otras. Según el vocero de Ecolab, 50% de los consumidores en consideran los sectores de fabricación de alimentos y bebidas son la industria como aquellos con mayor responsabilidad en materia de uso del agua.
Ante la percepción de los mexicanos, Villasuso subrayó que la confianza también afecta las iniciativas de inversión en proyectos de agua, así como la visibilidad al discutir la crisis hídrica. Por ello, los expertos de la conferencia virtual a la que accedió NotiPress advirtieron: la planeación para abordar la escasez de agua es un sistema con varios factores.
En primer lugar, los ordenamientos territoriales y ecológicos desempeñan un papel central la situación hídrica del país, informó Héctor Lesser, consultor ambiental especializado en regulaciones. Al respecto, declaró que el paso de los ordenamientos territoriales a las leyes ha creado huecos operativos donde las empresas pueden explotar el agua y otros recursos naturales incluso en áreas protegidas.
«Hay una serie de contradicciones en el sentido de los ordenamientos territoriales, y cuando tú haces un estudio se le hace caso al instrumento de primer piso: el ordenamiento ecológico», comentó Héctor Lesser
Lesser subrayó que las autoridades tienen las facultades de exigir a las industrias seguir el cumplimiento de las leyes ambientales en México, pero los ordenamientos son contradictorios a nivel nacional. Según el Gobierno de México, los tipos de ordenamiento determinan el uso de suelo a partir de los consensos que afecten en menor medida la cooperación entre sectores. Tal situación puede llevar a un uso prioritario según las concesiones y el tipo de suelo desde el cual se exploten los recursos naturales.
Respecto al agua, existen factores como la Legislación del Agua, encargada de limitar las concesiones por su acaparamiento, y leyes ambientales orientadas al manejo de agua residual. Asimismo, el uso de suelo y las concesiones tienden a no coincidir con los lineamientos de ordenamientos territoriales, como en el caso de Valle de Bravo, donde persiste la tala de árboles.
Por ello, el segundo punto para la planeación a futuro es generar consensos con decisiones que beneficien a la mayor parte de la población. Para Roberto Eibenschutz, arquitecto y maestro en Urbanismo, egresado de la UNAM., la planeación a futuro no debe confundirse con un solo producto técnico, como la implementación de un sistema de captación de agua, sino con la suma de los involucrados.
«Hablar de planeación y decir que somos capaces de ver el futuro es un atrevimiento muy grande, pero se pueden hacer esfuerzos a partir del comportamiento de las variables en el tiempo», informó Eibenschutz.
Finalmente, por parte del sector consumidor, la concientización del agua es necesaria para prevenir daños al suministro público y optimizar el uso del recurso hídrico entre la población. Según Humberto Parra, especialista en ordenamiento territorial y consultor para el intento de rescate del Río Magdalena, los programas de concientización pueden hacer ver al consumidor de dónde viene el agua que sale de la llave y aumentar su mesura respecto al uso del agua.