Los que somos muy jóvenes, gracias a nuestros padres, sabemos que los golpes de Estado antes se ejecutaban mediante armas, bombas nucleares o masacres. Hoy, los golpes se dan a través de impactos blandos por medios de comunicación digitales. La tecnología ha avanzado tanto, que puede ser un arma de doble filo para la sociedad.
Hace poco, en Palacio de Minería, la gran Dilma Rousseff habló sobre el Plan Cóndor, una estrategia de organización con países participantes de Bolivia, Chile, Argentina, Brasil y Paraguay entre 1970 y 1980. Su principal objetivo era instaurar políticas neoliberales en Sudamérica bajo la influencia de los EE. UU. Henry Kissinger fue uno de los pioneros de esta estrategia durante el contexto de la lucha entre el capitalismo y el comunismo.
A mediados de los setenta, después de grandes golpes de Estado, se establecieron dictaduras en el Cono Sur y América Latina. La idea era terminar con toda persona que supusiera una amenaza para las políticas liberales que planteaba en aquel entonces EE.UU. Toda información recibida era informada a la CIA, y, a través de las intimidaciones, se reforzaron las fuerzas de seguridad para lograr un mayor alcance en Latinoamérica. Cabe recalcar que hubo persecución, vigilancia, detención y tortura de aquellos seres humanos considerados una amenaza porque iban en contra de sus intereses y de sus políticas instauradas. Este Plan fue considerado un golpe de Estado al erradicar a todo opositor, políticos, militantes y simpatizantes que murieron por no estar de acuerdo.
A diferencia de aquel violento golpe de Estado, ahora los golpes son suaves y se utilizan a través de la difamación y el desprestigio. Bien lo comentó alguna vez Julian Assange, expresando que casi todas las guerras de los últimos años han sido el resultado de mentiras y calumnias de los medios. Hoy nos encontramos atravesando un Plan Halcón, donde la difusión de noticias falsas llega en cuestión de milésimas de segundos a todo el mundo, causando confusión en millones de personas.
Debido a estos antecedentes históricos y los sucesos recientes, vuelvo a hacer énfasis en la importancia de la regulación de la información, la cual es urgente de implementar en los medios de comunicación. Es de gran relevancia hacer un frente contra las estrategias de desinformación e infodemia que buscan desestabilizar la vida pública y privada de una persona, e incluso, por la potencialidad de iniciar guerras, así como malos entendidos.