Ante la falta de liderazgo en Movimiento Regeneración Nacional Hidalgo, y la ambición desmedida de algunos, el registro de aspirantes en busca de la candidatura al gobierno del estado se desbordó, se convirtió en “un circo”, como lo dijeron algunos colegas a través de las redes sociales que divertidos observaron como la lista de registros iba en aumento conforme transcurría la jornada del jueves.
Y es que no solo se registraron los personajes que se esperaban, sino que llegaron más del doble que creen que gobernar un estado, “es cosa fácil” o que cuentan con la capacidad de llevar las riendas de una entidad de más de 3 millones de habitantes que tiene enormes retos por delante, y que necesita más que un repartidor de los programas sociales implementados por la 4T.
El proceso interno de MORENA solo deja ver que no hay interlocución al interior del partido, que no hay quien dialogue o quien acuerde con los aspirantes y lo único que va a dejarles es una profunda ruptura y una enorme confusión entre los simpatizantes de cada uno de los aspirantes.
Así Francisco Xavier, Julio Menchaca, Cuauhtémoc Ochoa, quienes son los punteros según las encuestas, hicieron lo propio y tal como se esperaba procedieron con su registro electrónico, hoy se espera que lo haga Abraham Mendoza.
Mientras que el alcalde de Mixquiahuala, ahí se queda, decidió hacer equipo con Julio Menchaca y apoyar su candidatura.
Otros aspirantes entre ellos la alcaldesa de Tizayuca, Susana Ángeles quien ha demostrado una total falta de compromiso y respeto hacia sus simpatizantes, pues para ella primero están los cargos, primero dejó la diputación local para irse como candidata a la alcaldía y ahora la alcaldía es poca cosa para ella y quiere ser gobernadora.
Otros como Pablo Vargas, sin ningún capital político, se atrevieron a registrase y es una pena porque no le garantizarían nada a MORENA ni al estado.
Tal cantidad de aspirantes no es muestra de fortaleza o de que MORENA tenga las cartas suficientes para contender y ganar.
Este escenario ya se vivió en el PRI que al tener un amplio abanico de posibilidades y sin la capacidad de negociar con quienes creyeron que serían los elegidos y no lo fueron, sufrió varias desbandadas, primero con José Guadarrama, luego con Gerardo Sosa y así con cientos de militantes que desencantados por sus procesos de selección interna se fueron a otros partidos.
Estos tropiezos, equivocaciones y debilidades, en MORENA sin duda serán aprovechados por otras fuerzas políticas pues bien dicen que a “río revuelto ganancia de pescadores”, pues lo que está en juego no es cosa menor, se trata de la gubernatura de Hidalgo, se trata de la administración de más de 50 mil millones de pesos de presupuesto anual, se trata del futuro que le depara a más de millón y medio de hidalguenses en pobreza y pobreza extrema.
Se trata también de darle continuidad a los proyectos del estado, muchos podrían preguntarse ¿cuáles? pero sin duda hablar de la atracción de inversiones que sobrepasaron los 60 mil millones de pesos en tres años, no fue cosa menor, y quien lo logró, no fue por ocurrencia, ni suerte, sino por conocimiento, trabajo constante, capacidad de gestión y negociación y sobre todo contactos.
El sincrotrón del que la comunidad científica nacional e internacional tiene conocimiento y apoya, también va a requerir seguimiento.
Los proyectos que se tienen con la Universidad Nacional Autónoma de México, para construir un laboratorio espacial, lo mismo, y así podemos decir de muchos otros, donde se requiere capacidad y mucho trabajo, compromiso y sobre todo honradez y amor por Hidalgo.
Espanta que la mayoría de los que se registraron en MORENA crea que puede no solo registrarse, sino ganar la tan ansiada candidatura y el triunfo en las elecciones del 5 de junio, basados en la fortaleza del presidente Andrés Manuel López Obrador y no por la capacidad para llevar las riendas del estado.
En MORENA hay talento y conocimiento, si, ahí están Menchaca, Ochoa, Berganza, Mendoza, pero el resto ¿qué? Ojalá que todos quienes aspiran legítimamente, eso sí, -sin duda alguna-, tengan la capacidad de sumarse como lo hizo el Doctor José Ramón Amieva a alguno de los proyectos fuertes y no se conviertan en “monedas de cambio”, tan solo para negociar espacios o alguna suma económica importante.