A pesar de su frágil salud, el pontífice sorprendió a los fieles con un recorrido en papamóvil y un mensaje de esperanza
En un emotivo y breve gesto de presencia, el Papa Francisco apareció este Domingo de Pascua ante más de 35 mil fieles congregados en la Plaza de San Pedro, tras una semana en la que su delicado estado de salud lo mantuvo al margen de varias celebraciones litúrgicas.
A sus 88 años, el pontífice ingresó a la plaza a bordo de un papamóvil descapotable, saludando desde una silla elevada en la parte trasera del vehículo blanco. A su paso, fue recibido con aplausos, vítores y banderas ondeando al grito de “¡Viva el Papa!”, en una muestra de afecto y esperanza por parte de los asistentes.
Aunque Francisco no ofreció personalmente la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la Basílica de San Pedro —una costumbre arraigada en la liturgia pascual—, confió la lectura de su mensaje a uno de sus colaboradores. En él, condenó el preocupante aumento del antisemitismo y calificó de “deplorable” la situación humanitaria en Gaza.
La expectativa sobre su participación en las celebraciones pascuales se mantuvo hasta último momento, debido a su recuperación de una doble neumonía. Sin embargo, su reaparición simbólica en la plaza renovó el ánimo de miles de fieles, que aguardaban bajo un cielo nublado frente a la majestuosa Basílica.
La imagen del Papa Francisco saludando desde el papamóvil resuena como un mensaje de resiliencia, fe y cercanía con los creyentes en uno de los días más importantes del calendario litúrgico cristiano.
Más temprano ese día, el Papa sostuvo un breve encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien se encontraba de visita en Italia. Según el Vaticano, la reunión duró apenas unos minutos y consistió en un intercambio de saludos por la festividad de Pascua. La visita se produce meses después de tensiones entre el pontífice y la administración del expresidente Donald Trump por posturas divergentes sobre temas migratorios.
