Decía recientemente en mi participación en el programa “Hablando Claro”, que
conduce el importante periodista don Manuel Aparicio, en Radio expresión México,
que, en todas las entidades y sus respectivos municipios ya se debieron aprobar los
presupuestos de egresos respectivos, es decir, lo que van a gastar en sus gobernados,
lo que van a invertir en obra pública y en la operación ordinaria del municipio o
estado para el ejercicio fiscal 2023.

Y así, igual que en el resto de los municipios de Hidalgo, la Asamblea Municipal de Pachuca aprobó el correspondiente, el pasado 27 de diciembre, en sesión de Cabildo; se aprobó por 17 votos, de 22 posibles, cinco regidores no estuvimos de acuerdo con la propuesta presentada por el alcalde Sergio Baños Rubio, pues igual que en el presupuesto del año pasado castiga la inversión pública, las obras de infraestructura para la ciudadanía. Es decir, nuevamente, colonias populares seguirán sin contar con agua potable o drenaje, sin pavimento y miles de calles seguirán sin poderse repavimentar o mínimamente bachear, pues el ayuntamiento no está destinando los suficientes recursos para ello.

El presupuesto que tendrá para este año el gobierno municipal de Pachuca
asciende a 1´081´327,700 pesos (mil 081 millones, 327,700 pesos) lo que representa
un aumento de 102 millones de pesos, en relación con el presupuesto aprobado para
2022, pero de esta cifra, superior a los mil millones de pesos, resulta que para
inversión pública, en beneficio de los pachuqueños, solamente están destinando 52
millones 416 pesos, es decir, solamente el 4.84% del total del monto a erogar. En
cambio, para servicios personales están proyectando gastar 527´739,048 (un poco
más de quinientos veintisiete millones), o sea, el 48.8 por ciento, casi la mitad del
presupuesto.

No se necesitan muchas matemáticas ni ser especialista en contabilidad pública
para darse cuenta de la gran distancia que existe entre el total de los recursos que
manejará el ayuntamiento y lo que se presupuesta invertir en atender las demandas
elementales de los pachuqueños; es cierto que, un alto porcentaje del resto del
presupuesto tiene erogaciones importantes e imprescindibles para la operación
ordinaria del ayuntamiento, por ejemplo, lo destinado a servicios de limpieza y
manejo de desechos (casi 62 millones), lo etiquetado para jubilaciones (94 millones)
o en alumbrado público, aunque en este punto aún está vigente el litigio sobre el pago
de arrendamiento de las luminarias, contrato que viene desde la administración de
Yolanda Tellería.

Pero a pesar de esto, y de los gastos indispensables para la operación del
ayuntamiento y los servicios que debe prestar a la ciudadanía, como la seguridad
pública, entre otros, considero que debería hacerse una reingeniería y modificar el
presupuesto, buscando siempre destinar más recursos para mejorar las condiciones
de vida de todos los pachuqueños; si no se hace, esta administración pasará, como
otras sin pena ni gloria o quizás con más pena que gloria, pues no son suficientes los
esfuerzos que se hacen desde el gobierno municipal para que los empresarios “donen”
recursos para invertirlos en obra pública o para apoyar con dádivas (cobijas, leche,
etc.) a los que sufren más las carencias en esta hermosa capital hidalguense.

No desconozco las posibles consecuencias que este planteamiento puede traer,
al menos el disgusto de algunos personajes, como también el posible mecanismo (que
ya está en marcha) para que su servidora deje de ser la representante popular en el
Cabildo, pero no importa mucho eso, al final, quienes nos conocen y conocen al
Movimiento Antorchista, saben que desde esta trinchera seguiremos dando la pelea
por mejores condiciones de vida para los pachuqueños y para todos los hidalguenses.

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