Con 8 familiares en el poder judicial ganando altos sueldos, cualquiera defendería la corrupción 

 

Olga Sánchez Cordero, senadora y ex secretaria de Gobernación, es exhibida en redes sociales no sólo por su traición al grupo que la llevó a sus cargos públicos sino al pueblo de México.

En una investigación del twitero Oscar ALEPHBIO descubre que la legisladora tiene 8 familiares incrustados en el poder judicial con altos salarios, comenzando con su hija, Paula García Villegas Sánchez Cordero, magistrada en el Consejo de la Judicatura, con un salario superior al que permite la constitución por más de 212 mil pesos.

Ahora entendemos el voto de la legisladora en contra de que desaparezcan los fideicomisos que permiten una vida de lujos y extravagancias del poder judicial.

Con una gran ignorancia y mala fe. algunos medios acusan corrupción en la 4T. Olvidan, por que les conviene, que Olga primero fue magistrada en la SCJ y desde ahí apoyó a sus familiares y sabrá a cuántos amigos más Y que fue despedida de la Secretaría de Gobernación por sus malos manejos.

Además, todos ellos, los familiares de Olga, trabajan en el poder judicial que es un nido de corrupción intocable, no en la 4T, nido que los opositores defienden por miedo, esperando conmiseración para cuando sus expedientes sean juzgados por esos tribunales, puedan cobrar esos favores. 

No dudo que haya muchos incrustados en el actual gobierno que practiquen la corrupción, pero que antes pertenecieron a otros partidos o que ya trabajaban en gobierno desde regímenes anteriores. En donde la corrupción era una forma de vida.

Ya lo reconocía el expresidente Miguel De la Madrid en un discurso. cuando señaló, “la corrupción somos todos”. Por eso ha sido tan difícil acabar con ella. 

 Todos la practicaban y toleraban, políticos, empresarios, empleados, impartidores de justicia y hasta muchos oficinistas. No estaba tipificada como delito. Entonces cuál miedo.

Y los impartidores de justicia, con las decisiones en sus manos, no pues que fácil. Nunca se juzgó a nadie de ese poder. Algunos políticos, empresarios y hasta servidores públicos cayeron, pero nunca un juez o un magistrado. Nunca se les investigó. Para qué. Quién los iba a castigar. Pero ellos si podían tomar venganza.

Por eso México, con López Obrador, inició una limpieza de todos esos malos servidores. Pero apenas es un comienzo. Falta investigar a muchos, juzgarlos y castigarlos. Pero en esa gran masa están, los opositores y algunos trabajadores a este gobierno que siguen agazapados, esperando que pase el temporal y que nadie los descubra. Todavía tienen muchos cómplices en la fiscalía y en los tribunales de justicia.

Defienden al poder judicial por dos razones; primero porque ambas partes fueron nombradas por los mismos grupos de poder y segundo porque esperan ser compensados cuando sus delitos sean juzgados. 

Hay muchos sospechosos. Todos aquellos que brincan de un partido a otro, cuando no los han respaldado en sus ambiciones políticas. “Si no hay presupuesto pues mejor no acepto y busco otra cosa”.