Durante un periodo de 13 años, la mala calidad del aire se asoció a un incremento en las tasas de mortandad de diversas urbes, especialmente las asiáticas
Un estudio realizado por el University College de Londres, reveló que 180 mil muertes en ciudades tropicales durante 14 años fueron ocasionadas por un rápido aumento en la contaminación del aire.
De acuerdo con el documento, publicado en Science Daily, en todas las ciudades se encontró un aumento significativo anual de contaminantes directamente peligrosos para la salud.
El dióxido de nitrógeno (NO2) fue el más abundante de los contaminantes con un 14% y en partículas finas (PM2,5), el 8% estaba compuesto por esta sustancia.
El amoniaco es el segundo químico más encontrado en las partículas PM2,5, ya que compone el 12% de las PM2,5 y el 11% de los compuestos orgánicos volátiles reactivos.
Los investigadores atribuyeron esta rápida degradación en la calidad del aire a las industrias emergentes y el aumento en la exposición urbana a contaminantes atmosféricos peligrosos para la salud.
Igualmente, hubo una tribución a las fuentes residenciales, transporte terrestre, quema de desechos y el uso generalizado de leña y compuestos orgánicos.
Karn Vohra, principal autor del artículo, explicó que la quema de biomasa para la eliminación de desechos agrícolas es la principal actividad que contamina el oxígeno en los trópicos.
«Nuestro análisis sugiere que estamos entrando en una nueva era de la contaminación de aire en estas ciudades y algunas experimentan tasas de degradación más rápidas de lo habitual«, agregó.
Tal documento también informó que hubo aumentos de 1,5 a 4 veces en la exposición de la población urbana a la contaminación del oxígeno durante el periodo de estudio.
De las 46 ciudades estudiadas, 40 aumentaron su población y con ello, su rápido deterioro del aire. Las ciudades más afectadas fueron las ubicadas en Asia como Dhaka en Bangladesh y Mumbai, Bangalore, Calcuta, Hyderabad, Chennai, Surat, Pune, Ahmedabad en India.
Para obtener estos resultados, los científicos utilizaron datos poblacionales de megaciudades en África, Asia y Medio Oriente de 2005 a 2018.
Además, emplearon las observaciones basadas en el espacio con instrumentos a bordo de satélites de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) para calcular la calidad del aire.
Actualmente, el grupo encabezado por Karn Vohra está trabajando en la forma en que cambia el oxígeno de una región a otra y cómo mejorar la calidad del aire en las ciudades.
Ello con la intención de aprender de los errores del pasado y así, garantizar la rápida industrialización y el desarrollo económico sin afectar la salud pública.