Los temidos Camisas Rojas

El estado de Tabasco ese trópico que vio nacer al presidente Andrés Manuel López Obrador cuenta con una historia orientada a la izquierda, un legado tan fuerte que llego a apoyarse la creencia de que éste estado consolidaría la verdadera ideología revolucionaria y por ello se le conoció como: “El laboratorio de la Revolución”. Todo lo ocurrido en Tabasco era una idea que debía llevarse y concretarse en todo México para lograr un estado socialista, próspero y vanguardista. Desde el año de 1932 en el estado de Tabasco y bajo el gobierno de uno de los políticos herederos de la Revolución nace un singular episodio por demás excéntrico y controvertido de la historia. 

Analicémoslo: 

El ideario de la Revolución mexicana se concretó en gran medida con Tomas Garrido Canabal en Tabasco al impulsar una de las organizaciones juveniles más peculiares de la historia moderna, por su estilo de disciplina se le llego a comparar con las “Juventudes Hitlerianas” que verían la luz en la Alemania nazi, estos fueron “Los Camisas Rojas” que asolaron a Tabasco el Estado conocido como el “Laboratorio de la Revolución”.

Durante el final de la década de los 20 e inicios de los 30 el estado de Tabasco estaba sufriendo una de las transformaciones sociales más radicales posteriores al periodo de las consolidaciones de las instituciones, esto se debió a la férrea vigilancia y gobierno del licenciado y caudillo local Tomas Garrido Canabal, quien contaba con una larga militancia política y revolucionaria, además de la simpatía del gran elector Plutarco Elías Calles y del virtual futuro presidente de la republica General Lázaro Cárdenas quien elogiando las legislaciones y cambios de Garrido llamo al estado “El Laboratorio de Revolución”. 

Uno de los métodos de control de Garrido fue a través de la juventud y su adoctrinamiento en las ideas socialistas inspiradas por los trabajos de Salvador Alvarado, pero sobre todo en algunas de las ideas de Felipe Carrillo Puerto, aglutinando a las juventudes tabasqueñas en grupos o clubes. 

Así en el año de 1932 se organizó el Bloque de Jóvenes Revolucionarios, se ordenó a los militantes que debían portar una camisa roja y una gorra militar en todas las reuniones y festividades públicas, es a partir de ahí que nace el mote de “Los Camisas Rojas”, se volvió obligatorio para los jóvenes entre 15 y 20 años formar parte de la organización, debían aprenderse de memoria el himno de la juventud escrito por el secretario general del Bloque de Jóvenes Revolucionarios de Villahermosa, usar el uniforme reglamentario al cual se le adhirió el pantalón negro, la gran fuerza y control que la organización fue ganando con el paso de los días la hicieron volverse de la noche a la mañana en el arma eficaz de la dictadura contra sus enemigos visibles e invisibles que necesitaban ser sometidos. 

Con la elección de Cárdenas para el periodo presidencial de 6 años, en 1934 Tomas Garrido fue electo secretario de Agricultura y se tuvo que trasladar a la ciudad de México en su aeroplano rojinegro el “Guacamayo”, no sin antes despedirse de Tabasco con una gran quema de Santos en la plaza principal de la capital, tras de sí arribaron a la capital del país la vanguardia de los camisas rojas el 29 de noviembre de 1934, cerca de 200 jóvenes expertos en marchas desfiló frente a Cárdenas y Garrido, entonando himnos en honor de los caudillos uno para cada uno, aproximadamente 100 jóvenes se quedaron en la capital, unos para obtener puestos en la secretaria de Agricultura y expandir el movimiento del Bloque de Jóvenes Revolucionarios del Distrito Federal que llego a contar con más de 1,000 miembros, algunos de ellos alumnos de Tabasco que estudiaban en la capital. 

Es en el año de 1934 e inicios del 35 en que el movimiento de Camisas Rojas alcanzo su mayor expansión, ya que con el apoyo del presidente además del bloque fundado en el DF (hoy CDMX), se organizaron camisas rojas en los estados de Puebla, Sonora, Sinaloa, Guadalajara, Tamaulipas, en Morelia, Jiquilpan, Toluca y en otras ciudades del país, en la capital se les dio como residencia un edificio para que fuera su cuartel y en reuniones públicas hacían quema de santos y exaltaciones a la figura de Carlos Marx, todo esto no siempre los convirtió en lo huéspedes más queridos de la ciudad de México. Garrido les dedicaba en su apretada agenda un día para reunirse con ellos, luego de su “Martes Agrícola” y su “Jueves ganadero” estaba su “sábado rojo” donde se reunía con los miembros de los bloques, entre sus actividades la favorita era ridiculizar al clero y disparar contra alguna imagen de cristo, su poder como organización de choque alcanzo niveles envidiables, eran todo un brazo armado anticlerical, socialista, opositor al conservadurismo y aguerrido.  

Pero el bloque no muy apreciado en la capital se volvió repudiado por las masas conservadoras, los estudiantes lanzaron un manifiesto en que no reconocían a los camisas rojas, no eran estudiantes ni representaban sus puntos de vista, también los periódicos enemigos del garridismo dieron rienda suelta a sus plumas poco a poco los camisas rojas irían en detrimento de su movimiento hasta ser reducidos a su desintegración. 

La juventud de Tabasco con el tiempo olvidó su ímpetu socialista y radical al menos eso se creyó hasta que un joven enarbolo las ideas de la revolución he hizo propia la lucha concretándola en un proyecto de nación y transformación que por cierto se está llevando a cabo. 

Y sí efectivamente López Obrador es tabasqueño.