El 4 de noviembre de 1571 se establece el Tribunal del Santo Oficio en la Nueva España. Contrario a la versión popular, en la Nueva España sólo hubo 04 grandes actos de fe, y un total de 51 ejecuciones en casi 300 años.
Analicemos sobre esta institución macabra:
No era para los indígenas: El Tribunal del Santo Oficio se estableció formalmente en la Nueva España en 1571, es importante resaltar que los indígenas no eran juzgados. Felipe II decretó que ningún indígena sería sujeto a este proceso inquisitorial, pues recién habían sido evangelizados o estaban en proceso. Si cometían alguna falta, eran destinados a servir a alguna iglesia por un tiempo o se les daban azotes. Los españoles, criollos, mestizos y castas, sí eran sometidos a juicio.
¿Qué castigaba?: Los delitos considerados por la Santa Inquisición eran la herejía, la idolatría, la solicitación (sacerdotes solicitando actos deshonestos a personas durante la confesión), magia y hechicería, bigamia y blasfemia, entre otros.
Castigos para los herejes: Las penas menores, y en la mayoría de los casos, era la vergüenza pública. Se les hacía portar el sambenito para arrepentirse por sus faltas. Este era una especie de saco, amarillo o rojo, que cubría al acusado por el frente o por detrás.
Había tres modalidades, dependiendo de la sentencia: «Samarra», tenía pintados dragones, diablos, fuego y al acusado ardiendo entre ellos, era para los destinados a morir en la hoguera (máxima pena); el «Fuego revolto», para los que mostraban arrepentimiento, las llamas del fuego se pintaban en sentido inverso; y «Sambenito», el más común, con cruces, rosarios y velas (este nombre se hizo común para todos los sacos).
No fue una masacre: Durante los tres siglos de la colonia, únicamente 300 personas fueron juzgadas y de ellas, 43 fueron condenadas a morir en la hoguera. En todo el siglo XVI, fueron 17; en el siglo XVII, 25 condenados y únicamente una persona en el siglo XVIII. El siglo XIX quedó exento de enjuiciados pues fue suprimida en 1820.
Trabajo en conjunto: En este tiempo, la Iglesia y el Estado tenían un estrecho lazo. El Tribunal no llevaba a cabo la ejecución de la sentencia, pues la Iglesia católica no podía cometer asesinatos. La autoridad civil era la encargada de ejecutar las condenas para los pecadores.
Los cizañosos: El Santo Oficio tenía su red de informantes, era denominados «familiares». Tener este cargo era un gran honor y personas de cualquier estrato social podían ocuparlo, aunque la gente popular debía comprobar su «limpieza de sangre». Estas personas permanecían en el anonimato y se mezclaban entre la sociedad para identificar a los infractores.
«Delincuentes del papel»: El índice de Libros Prohibidos (Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum) fue creado en 1559 y existían tres categorías: los prohibidos absolutamente «aún para los que tienen licencia para leer libros prohibidos»; las prohibidas in totum (todo el libro) y finalmente, los mandados expurgar, es decir, aquellos de los que sólo se censuraban palabras o párrafos, ya sea mediante tachones o pegando hojas blancas encima de las páginas censuradas. Algunos libros prohibidos de la inmensa lista, eran Cervantes, Voltaire, Erasmo de Rotterdam, Diderot, Rousseau e incluso se llegó a vetar el Antiguo Testamento, por sus ideas de incesto, adulterio o asesinato. Eran «los delincuentes del papel», como los llama el investigador José Abel Ramos.
Fin de la Inquisición: El Tribunal del Santo Oficio quedó formalmente abolido el 31 de mayo de 1820, pero el decreto llegó a la Nueva España, el 10 de junio. Ese día se liberaron 39 presos, muchos de ellos, que ya no tenían familia ni lugar a donde ir, fueron apoyados por el virrey de Apodaca, quien les dio algunas monedas apiadándose de ellos.
¿Inquisición mexicana?: Aquel día, la gente no festejó el fin de los castigos por actos cometido en contra de la fe, al contrario, se lamentaron porque ya no tendrían quien protegiera a la religión católica de los blasfemos e impíos. Los feligreses quisieron crear una Inquisición mexicana que siguiera los pasos de la anterior, pero no se concretó.
El recinto en la actualidad: El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue construido desde el siglo XVI y fue reconstruido con un estilo barroco en 1736. Al suprimirse el Santo Oficio en 1820, después de usos diversos, se destinó a la Escuela de Medicina de la Universidad. Actualmente alberga al Museo de la Medicina Mexicana, al Departamento de Historia y Filosofía de la Facultad de Medicina de la UNAM, a su Archivo Histórico y a la Biblioteca Dr. Nicolás León.