Una de las prioridades de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es hacer más con menos, hacer uso eficiente de los recursos naturales, cuidar el medio ambiente y promover estilos de vida saludables, al igual que la producción y consumo sostenible de alimentos y proteína animal al igual que el combate al hambre.
Aunque esta premisa se escucha muy bien, requiere trabajo, compromiso y responsabilidad de los distintos actores que forman parte de la cadena de producción-comercialización-consumo de alimentos, incluso los balanceados para animales.
Por esto, un mecanismo del que ha echado mano la industria de alimentos balanceados es implementar de la economía circular en los procesos productivos, lo que permite más aprovechamiento de los recursos y disminución de la huella ecológica, y bien esta estrategia cuenta con beneficios que se pueden ver en el sector pecuario, en que año con año recicla 28 millones de toneladas de alimentos en el mundo, y esto evita el desperdicio de 726 mil toneladas que se usan en subproductos que sirven para generar biodiesel, diésel renovable y otros ingredientes.
Mientras tanto, la innovación en la industria avícola en las últimas décadas dejó desarrollar productos que mejoran los rendimientos del sector y no descuidan la calidad e inocuidad de la proteína de origen animal, puesto que antes se necesitaban 4 kilos de alimento para producir un kilo de pollo, y hoy con 1.8 kilos se impacta de manera considerable en costos y en reducción de procesos que dejan huella ecológica.
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No hay duda de que hay avances significativos para mitigar el impacto ambiental y cumplir con los ODS, pero hay aún grandes retos y áreas las que se deben visibilizar para amplificar los resultados y cumplir las metas propuestas para mitigar el impacto ambiental, y muchas de ellas van desde la selección y obtención de materias primas hasta pasar por la cadena de suministro para llegar al consumidor final.
En resumen, las acciones que realicen los productores y todos aquellos actores involucrados en la cadena productiva, a la par de la distribución adecuada en la cadena mayorista y minorista de productos consumibles, tal como el consumo y aprovechamiento de estos por parte de los consumidores, serán de gran valor para lograr los objetivos planteados y especialmente garantizar la seguridad alimenticia en el futuro.
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