Mientras millones de mexicanos viven en el centro del huracán por la crisis social, política, económica y sanitaria que han mermado las fuentes de empleo en el país, los precios de la canasta básica se elevan día con día.
Ciudad de México.- Datos oficiales del INEGI exhiben ya un incremento en los precios de los productos agropecuarios de 10.01%; en los pecuarios de 11.15%; en los energéticos de 10.77, y en frutas y verduras de 8.70%.
Los precios de energéticos y tarifas que autoriza el gobierno, por ejemplo, ya muestran un alza de 7.95%.
Los cárnicos que al inicio de año se podían comprar a un precio de entre 110 y 120 pesos el kilo, hoy en día se cotiza entre 150 y 170 pesos.
En lo que va de este año, el precio del pan se ha incrementado de un 20 a 25 por ciento, debido al encarecimiento de los insumos, como el huevo, la harina, el trigo y la mantequilla.
Queda comprobado otra vez que, la inflación como en los gobiernos anteriores, no sólo perjudica la economía familiar, sino también al comercio, a los productores, al consumo y en general al bienestar de casi toda población.
Con estos números no puede haber ningún aumento salarial que contenga el daño o contrarreste la afectación del bolsillo de los mexicanos. El alza en los precios está inaguantable y el control que se presume, simplemente no cuadra con la realidad.
El aumento en las tasas de interés, impulsado por el Banco de México como medida de contención para tratar de disminuir el alza en los precios, es una medida que no resultó efectiva.
Con esta realidad, no hay aumento salarial que contenga el daño o contrarreste la afectación al bolsillo de los mexicanos.