Previo a la llegada de la primavera que detona la riqueza de la flora y fauna del Valle del Mezquital, Santiago de Anaya sorprende una vez más con la exposición de su gastronomía, donde los escamoles son el plato fuerte del esperado día.
La gastronomía hidalguense es única y variada, incluso exótica pero nunca dejará de ser deliciosa y super nutritiva, los productos del campo guardan secretos de la eterna juventud, de ahí longevidad de los ancestros y la buena salud con la que gozan sus últimos días.
Santiago de Anaya, se caracteriza por ser un pueblo guerrero que ha sobrevivido a las condiciones climáticas adversas por encontrase en un punto del Valle del Mezquital donde el inclemente sol hace de las suyas.
Sin embargo, este pueblo hidalguense nos vuelve a sorprender y ahora una de las máximas exponentes de la cultura gastronómica de la región, doña Porfiria Cadena, invita a este “Festival del Escamol”, que promete no solo consentir el paladar de propios y extraños, sino todos nuestros sentidos.
Serán los días 16 y 17 de marzo cuando cientos de turistas lleguen a este poblado indígena para vivir una experiencia increíble de la cocina tradicional cuya estrella es el escamol, un tipo de larva de hormiga que se puede preparar en diversos guisos acompañados de salsas elaboradas con insectos de la región.
Otra experiencia al acudir a este festival es conocer a doña Porfiria y a otras cocineras tradicionales que han llevado a diversos países, la comida ancestral mexicana que ha dejado a más de uno con la boca abierta y con ganas de probar más guisos tradicionales.
Actualmente la mujer goza de fama justo por su sazón y valentía al experimentar con una diversidad de animalitos del campo como zorrillos, tlacuaches, lagartijas y conejos además de escarabajos.
Los chefs más famosos, cocineros y amas de casa, se han acercado a la mujer indígena para aprender el oficio y cómo es que logra sabores únicos al combinar los ingredientes naturales.
Doña Porfi, se ha convertido así, es una maestra de la cocina ancestral a la que muchos buscan para aprender o tan solo para disfrutar de sus raras pero exquisitas creaciones gastronómicas.
