La correlación de las fuerzas políticas y económicas globales, muestran una tendencia cada vez más compleja por la hegemonía mundial, para tener acceso a los recursos naturales y la mano de obra barata de las economías emergentes, y mediante la tecnología dominar los mercados, para ello son fundamentales tanto las trasnacionales como el armamentismo.
Son 14 las naciones que cuentan con el 70% de la biodiversidad del planeta, entre las cuales no están EU ni Inglaterra, pero si hay países Latinoamericanos como México, las naciones con bastos recursos naturales padecieron la sangrienta colonización, caracterizada por la depredación de sus recursos, el oro, la plata, el hierro, la bauxita, y el niobio, el cual por su resistencia a las altas temperaturas, se utiliza en la construcción de reactores nucleares, cohetes, naves espaciales y satélites, sin esos materiales y otros como el caucho, el petróleo y el gas, no se hubiera desarrollado la tecnología y la industria de Europa y los EU.
Hoy los vehículos autodirigidos y los que están sustituyendo los combustibles fósiles requieren de materiales como el litio que las naciones hegemónicas no tienen y nuestros países sí, como México. El subdesarrollo generó y sostiene al desarrollo.
La lucha por la hegemonía obedece a la lógica del acceso a los recursos naturales y al desarrollo de la tecnología, sin embargo EU está perdiendo su liderazgo a pesar de las innovaciones e intervencionismo en la vida de otras naciones.
En su lucha por mantener su posicionamiento imperial, ha impulsado la alianza de Australia, Reino Unido, Estados Unidos (AUKUS) que va más allá de la construcción de 12 submarinos nucleares para Australia, que hizo a un lado a Francia, y omitió su acuerdo de no proliferación nuclear, y formar parte de la estrategia norteamericana de disuasión integrada para detener la primacía militar de China, que también tiene como adversarios potenciales a Japón y a India.
Parte de la estrategia global de los EU, es superar las rutas de seda de China como la ruta terrestre más larga del mundo saliendo de Xinjiang China hasta
llegar a España, pasando por asia central y Europa; por lo que EU impulsa el ferrocarril que cruzará de Canadá a México pasando por EU, para ello la Canadian Pacific Railway se fusionó con la Kansas City Southern. ¿Y la participación de México en qué consistirá?,
La presencia de EU en Latinoamérica ha sido a través de las trasnacionales como la Estándar Oil, Texaco, Shell, International Petroleum y otras como las grandes tecnológicas, además de sus embajadores y claro la OEA que es el orquestador de golpes de estado en América Latina, y la colocadora de dictadores que favorezcan el acceso y la depredación de sus recursos naturales como lo está haciendo Bolsonaro, Sebastián Piñera de Chile, Ivan Duque de Colombia, Luis Lacalle de Uruguay y Mario Abdo de Paraguay, los cuales pretendieron sabotear la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada el pasado 18 de septiembre en México.
De lo más destacado de esta reunión fue la presentación, por parte de Alicia Barcena de la CEPAL, el Plan de Desarrollo Integral (PDI) para atender los problemas estructurales de pobreza y desigualdad, de destrucción ambiental y vulnerabilidad ante los desastres climáticos, como el agravamiento de las migraciones masivas, que representan un complejo problema humanitario; el plan contempla a los países de: Honduras, El Salvador, Guatemala y a 9 entidades del Sureste de México,
El presidente de China Xi Jinping a través de una videoconferencia, enfatizó su reconocimiento a la realización de la reunión de la CELAC que se ha convertido en una plataforma para impulsar la igualdad, el beneficio mutuo, la innovación, la apertura y el bienestar de los pueblos.
La presencia de China en América Latina es evidente, al grado que representa una quinta parte de la Inversión Extranjera Directa, la cual se concreta en fusiones y adquisiciones; en medio de la disputa con los EU por el despliegue en tecnologías digitales, China fue el mayor inversionista en el mundo. El siglo XXI representa un mayor equilibrio de fuerzas hegemónicas, ¿cómo impactará a Latinoamérica y a México?.