IP y gobierno de AMLO, divorcio anunciado hace muchos años

Biden y la “operación cicatriz” o el cobro de facturas


Por Gerardo Flores Ledesma

EL SECTOR empresarial debe entender que lleva dos años perdidos en materia de negocios, creación de empleo y posibilidades de crecer. Ya debió quedarles claro que el lenguaje que usan las autoridades del actual gobierno federal es totalmente diferente al de los políticos de antaño.

Deben saber, sin temor a equívocos, que quien hoy parte y comparte, desde la silla presidencial, es un personaje que se distingue por la necedad y la inamovilidad de sus ideas, aunque la mayoría considere que está errado y vamos a un fracaso rotundo en muchos aspectos de la vida social, económica, política, cultural, científica, exportadora, tecnológica, y muchos etcéteras más.

Por eso, es inconcebible que casi todos los líderes de las llamadas cúpulas empresariales mantengan una fase de adulación o de vergonzosa lambisconería con el gobierno en turno para no quedar al margen de las prebenda o canonjías, aunque sean pocas las que les otorgue el poder omnímodo, que piensa que los recursos públicos son suyos y que decide quién merece ser considerado y quién no, pero que también cree que todos le deben agradecimiento.

Así están en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que dirige Carlos Salazar, donde la mayoría de sus líderes siguen creyendo que pueden revertir los cambios hechos en materia de energía o las magnas obras de este sexenio, o que las modificaciones a la subcontratación se quedarán en los cajones del olvido.

Se equivocan en la Concamin cuando piensan que el poder presidencial entiende sus posiciones sobre el outsourcing y que tiene la mente abierta al diálogo.

Se equivocan en la Concanaco-Servytur si creen que tienen la bendición del Ejecutivo, sólo porque apoyan el proyecto del Tren Maya que se llevó gran parte de todos los recursos que se debieron destinar a salud y seguridad en 2021, y aunque todos saben que esa obra tiene un futuro incierto.

En el Consejo Nacional Agropecuario no se atrevieron a decirle al actual gobierno ni tampoco a Jesús Seade, ex empleado de la Cuarta Transformación, pero que fue el encargado de la negociación del acuerdo comercial con EU y Canadá, que sus decisiones sobre el T-MEC en materia agropecuaria no eran las más benéficas para México, y más temprano que tarde pagaremos la factura.

Deberían saber las cúpulas empresariales que nada tienen que hacer en una mesa donde el diálogo no existe. Los banqueros deberían admitir que, en el Senado de la República, con Ricardo Monreal al frente de los legisladores de Morena, no habrá tregua para que se sometan y se olviden de las jugosas ganancias que hasta 2019 obtuvieron. Se los dijo López Obrador en la Convención Bancaria de 2018.

Distanciados de ese poder que se torna autoritario y voluntarista, rodeado de élites familiares que amasan fortunas con descaro y que, en papel oficial, como acto de desagravio, sólo dan a conocer que hubo omisiones y actuarán en consecuencia, como fue el caso de Pío López o el de Felipa Obrador, surgen otros empresarios que nos comparten la misma idea.

Quienes no piensen así, estarán perdiendo su tiempo otros 4 años, como los dos que dilapidó Alfonso Romo, ex jefe de la oficina de la Presidencia, tratando de consolidar un pacto de unidad entre los hombres de dinero y la actual clase política en el poder, que tanto los desprecia.

El sector empresarial no se debe equivocar ni suponer que habrá cambios. López Obrador les ha cumplido a los empresarios todo lo que les prometió en sus 18 años de campaña: Despedazarlos.

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JOE BIDEN sí es el personaje que podría revertir varias decisiones importantes de este gobierno. El 14 de diciembre próximo será presidente electo por pronunciamiento del Colegio Electoral de Estados Unidos y entonces empezará, entre su país y el nuestro, la cuenta regresiva en materia ambiental, laboral, salarial, energética, de fabricación de componentes para bienes de consumo final, exportaciones y asuntos migratorios.

Biden, un abogado de Pensilvania, fue clave en decisiones importantes de EU, como el retiro de tropas en Afganistán y en Irak; el apoyo a la ONU y a la Organización Mundial de la Salud; el freno al uso de armas en su nación y, aunque parezca inocuo, al uso de cubrebocas en la pandemia que generó la COVID-19.

Por lo pronto, ya anunció que mantendrá los aranceles a productos chinos, que en su momento Trump también aplicó a México. Asimismo, ha dicho que EU regresará a los acuerdos de París en enero de 2021, firmados para ayudar a evitar el calentamiento global y proteger el ambiente, lo que obliga a reducir emisiones de carbono y contaminantes que generan, por ejemplo, las refinerías o el uso del carbón, y que para el gobierno mexicano implicará dar reversa a varias decisiones que se tomaron tanto en Pemex como en la CFE.

En materia de salarios, Biden es un convencido de que en México hacemos competencia desleal con mano de obra barata y que se deben elevar los salarios mínimos para equilibrar la inequidad en la política laboral que llevan ellos y los canadienses.

En comercio internacional, Joe Biden establecerá un gobierno ortodoxo, sustentado en las leyes y el orden y está claro que sólo trabajará con México dentro de un marco regulatorio apegado a las normas y acuerdos establecidos en el nuevo acuerdo comercial.

Aún no están definidas las oportunidades que hay entre ambos países, lo que sí está claro es que el gobierno mexicano se equivocó en su trato diplomático con Biden, al apostar todo al candidato perdedor Donald Trump, y habrá que saldar dos deudas pendientes: Una es con el mandatario electo en particular y la otra es con los demócratas.

El gobierno de López Obrador tendrá un mes exacto para realizar la “operación cicatriz”, del 20 de diciembre al 20 de enero, cuando lo anuncien presidente electo y tome posesión en la Casa Blanca. La felicitación para entonces será inapropiada, pero podríamos empezar por ahí, aunque más de 150 países ya compartieron la congratulación por su triunfo y se refieren a Biden como mandatario estadounidense.

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PUNTOS Y LINEAS

LAS CIFRAS de la inversión extranjera directa son poco halagüeñas, ya que la Comisión Económica para América Latina (Cepal) advierte, en un informe, sobre una caída de hasta 55% en América Latina a causa de la pandemia de coronavirus… EN ESTE año, la Secretaría de Hacienda logró una captación de casi 800 mil millones de pesos vía cobranza de créditos fiscales a deudores omisos que no les quedó otra que pagar, sin averiguaciones ni alegatos, a cambio de no sufrir más persecución o hasta congelamiento de cuentas bancarias. La misma situación no ocurrirá en 2021 porque la recuperación de la economía tardará dos años.

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