El corazón de la huasteca hidalguense es el punto neurálgico de las celebraciones porque ahí se concentrarán las autoridades, si embargo, la verdadera fiesta y tradición se vive en las comunidades de todos los municipios de esta amplia región cálida y de vegetación exuberante.
Llegó el Xantolo, los días de fiesta más importantes para esta región de la huasteca hidalguense, donde vivos y muertos coinciden, conviven y gozan por el reencuentro.
Todo inicia desde el 24 de junio, día de San Juan, cuando los campesinos salen al campo para regar la semilla de la flor de cempasúchil con que vestirán los arcos en las entradas de las casas y los altares para marcar la unión de quienes viven en la tierra con los que ya habitan en el cielo.
Previamente, las familias indígenas se preparan para comprar guajolotes, gallinas y cerdos que engordarán para las viandas que pondrán en los altares iluminados con velas y adornados con flores de cempasúchil, flor de ángel y flores blancas.
El pan, las galletitas y otras frutas de horno, se preparan días antes para que todo esté listo para los días de celebración.
La fruta típica de la temporada le da un toque de color a los altares, las naranjas, mandarinas, plátanos, manzanas, guayabas inundan con su olor cada vivienda que, por humilde que sea, prepara verdaderos banquetes a sus seres amados que llegan del Mictlán; los caballitos de barro con aguardiente no pueden faltar.
Para atraer el alma de los muertos se realiza el camino de flor de cempasúchil, desde el altar hasta la puerta de la casa, en la cual queda impregnado el olor del copal, que se mantiene encendido porque se dice que purifica el alma.
El 31 de octubre a las doce del día se reciben las almas de los difuntos pequeños, este día la ofrenda consiste en caldo y tamales, arroz con leche y dulces, es normal que ahora ya se coloquen juguetes.
Mientras que el uno de noviembre se recibe a los difuntos adultos, donde ya se pueden incluir mole rojo, mole verde, tamales, cerveza, aguardiente y tabaco.
Para muchos, la fiesta de “Todos Santos” o “Día de Muertos”, termina el día 3 de noviembre, pero para las comunidades indígenas, el Xantolo o día de muertos, terminará el 30 de noviembre, día de San Andrés, con la última ofrenda.
Y es que el Xantolo que es una celebración de origen prehispánico, que se vive en Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Puebla, Guanajuato e Hidalgo, que guarda un especial misticismo.
El ambiente se inunda de incienso y copal, el cual indica que ya llegaron, que ya están las almas de los difuntos en cada hogar donde se les recuerda y se le llama en cada vela que es encendida.
Autoridades de Hidalgo se reúnen para vivir la experiencia del Xantolo.
En Huejutla, el alcalde Dany Andrade, inauguró la tarde noche de ayer el centro ceremonial en la plaza central.
Este año, el secretario de la Contraloría, Álvaro Bardales, y la secretaria de Cultura, Tania Meza se adelantaron para vivir estas celebraciones, aunque se espera que el gobernador Julio Menchaca y otros funcionarios como la secretaria de Turismo, Liz Quintanar lleguen mañana a esa zona.
Cabe destacar que el Xantolo se vive en todo el norte del estado que abarca a los municipios de Xochiatipan, Atlapexco, San Felipe Orizatlán, Jaltocán, Yahualica, Huazalingo y Huautla.
Si vas de visita, seguro que los lugareños te van a compartir de las ofrendas, porque estos días son de fiesta, de alegría, de convivir y compartir con vivos y con muertos.