Raúl Arellano Aguilera narró en la corte de Nueva York, como se consentía la entrada y salida de sustancias ilegales y tras mercancías en varios aeropuertos del país con autorización del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna
En una nueva jornada del juicio contra Genaro García Luna, Raúl Arellano Aguilera, expolicía federal, narró cómo el exsecretario de Seguridad en la administración de Felipe Calderón permitía el tráfico de drogas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Según su testimonio en la corte de Nueva York, Arellano Aguilera vio personalmente la manera en que agentes corruptos permitían la entrada y salida de sustancias ilegales, así como de otras mercancías en varios aeropuertos del país.
Reveló la existencia de un “grupo especial” de agentes de la Policía Federal (PF), que se encargaba de todas las operaciones; esto bajo las órdenes directas de Ramón Pequeño, uno de los colaboradores más cercanos de García Luna, y Oscar Moreno, jefe de aeropuertos.
Arellano Aguilera relató que existía una orden secreta para estos operativos conocida como “45 por 32”, la cual implicaba que los agentes se quedaran atentos en sus posiciones, pero sin hacer detenciones ni inspecciones.
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Describió que en estos operativos el “grupo especial” desaparecía sospechosamente y volvían “felices”.
En otra de sus declaraciones el expolicía señaló que Oscar Moreno, recibía periódicamente una maleta llena de dólares. Sin especificar la cantidad ni tampoco aportar evidencia que sustente dicha acusación contra el director General de Aeropuertos.
Sin pruebas, abogados de García Luna niegan acusaciones
La defensa de Genaro García Luna sacó provecho de esa debilidad, pues señaló que el testigo no tenía forma de comprobar el presunto tráfico de drogas en el AICM, además que gran parte de su narración estuvo basada en suposiciones.
Arellano Aguilera dijo que lo único que le consta directamente es que el director general de aeropuertos recibía periódicamente a los mandos de la Policía Federal de otros aeropuertos para que le entregaran dinero.
Describió la ocasión, que él vio cómo el titular de la PF en el Aeropuerto de Toluca cargaba una maleta, pero al chocar con otro policía, ésta cayó al suelo, se abrió y salieron los dólares que contenía.
Presuntamente este operativo era del conocimiento y era permitido por García Luna, quien a su vez recibía ganancias por estas operaciones en los distintos aeropuertos de la República Mexicana, algo que fue negado por la defensa del exsecretario de Seguridad.
Lamentablemente, hasta este punto del juicio, los fiscales no han presentado videos, audios, fotografías o documentos que evidencien que el exfuncionario estaba coludido con las bandas de traficantes.
Las acusaciones carecen de fundamento, solo se han basado en dichos de criminales confesos, por lo que el juez del caso, Brian Cogan, ya lanzó una advertencia a la fiscalía sobre esta práctica.
“Necesito que piensen bien a quién suben al estrado. No sé si voy a permitir que esto continúe. Los testigos son para que narren hechos, no suposiciones…”, les indicó a los fiscales en la audiencia de ayer lunes 30 de enero.
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