Sólo 1 de cada 5 pacientes recibe tratamiento farmacológico para el trastorno por consumo de opioides, pese a su efectividad comprobada
Cerca de 107 mil personas en Estados Unidos, en 2021, murieron a causa de sobredosis de opioides, principalmente por el fentanilo, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, un estudio reciente encontró que, pese a esta crisis y la existencia de medicamentos para tratar el trastorno por consumo de opioides, solo 1 de cada 5 pacientes recibe tratamiento farmacológico.
Adicionalmente, la investigación publicada en JAMA Network encontró que ciertos grupos tenían menos probabilidades de recibir medicamentos para el trastorno por consumo de opioides. Dichos grupos con menos probabilidades de recibir tratamiento farmacológico son: personas negras adultas, mujeres, personas desempleadas y quienes viven en áreas no metropolitanas. En términos generales, el estudio subraya como medicamentos probados para el trastorno de uso de opioides, como buprenorfina, metadona y naltrexona, actualmente son infrautilizados.
La falta de uso de estos medicamentos «Perpetúa el trastorno por consumo de opioides, prolonga la crisis de sobredosis y exacerba las disparidades de salud», señala el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos en un comunicado. En cuanto a cifras, de los 2.5 millones de adultos con problemas de consumo de opioides en 2021, 36 por ciento de ellos recibió algún tipo de tratamiento. Asimismo, únicamente un 22% de estas personas recibió tratamiento de tipo farmacológico por su uso de opioides.
Similarmente, una investigación reciente de la Universidad Vanderbilt encontró que, de 40 mil pacientes estudiados, solamente un 22% sostuvo su tratamiento con buprenorfina durante un año completo. Además, quienes dejaron la medicación lo hicieron apenas superando el primer mes, muy por debajo del tiempo recomendado, pese a la capacidad del medicamento de disminuir riesgos como la muerte por sobredosis.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine, los gastos del paciente para costear los medicamentos son un factor importante. De esta forma, entre mayor sea el costo del suministro inicial de buprenorfina de un paciente, mayor será la probabilidad de suspender el medicamento. Si legalmente se exigiera a los planes de seguros cubrir los costos completos de la buprenorfina sería «una gran oportunidad para aliviar los efectos duraderos de la actual crisis de opioides», aseguró la doctora Ashley Leech, autora principal del estudio.
En enero de 2023, las autoridades sanitarias de Estados Unidos eliminaron la necesidad de que los doctores soliciten una excepción específica para poder recetar buprenorfina para el tratamiento del consumo de opioides. De esta forma se busca reducir las barreras para tratar dicho trastorno, por lo cual el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas considera necesario evaluar posteriormente la efectividad de esta medida.