¿Han escuchado alguna vez el refrán: “difama, que algo quedará”? Es terrible porque es suficiente con que alguien nos levante falsos para que los demás piensen: “igual y es cierto”, y a uno se le desprestigie gradualmente, dando lugar al daño de la honorabilidad. Sólo recordemos a figuras públicas que jamás pudieron limpiar su imagen, y que además nunca se les encontró evidencia alguna de sus supuestos crímenes. Últimamente esto lo hemos estando observando con personas que han ayudado a la 4ta. Transformación, personajes que alguna vez tuvieron una trascendencia importante, y, que, por una nota falsa en un periódico, pierden toda su credibilidad. Lo que debemos saber de antemano, es que son parte de las estrategias de manipulación mediática.
Debido a todas estrategias recientes de manipulación, vuelvo a citar a Noam Chomsky, mi maestro con este tema tan interesante nos habla de la estrategia de gradualidad. Dicha táctica consiste en aplicar una medida o idea que podría parecer absurda, consecutivamente y por años, con el propósito de que sea aceptada.
Recordemos cuando salió la famosa frase: “López Obrador es un peligro para México”, la cual, en realidad, era otra estrategia de los medios de comunicación. Cuando una mentira se repite varias veces en el subconsciente humano, se convierte en una realidad. También hagamos memoria de cuando se usaba la estrategia de distracción, como el chupacabras, para desviar la atención del recién asesinato de Colosio, o la lenta recuperación del efecto tequila. Asimismo, estaban aquellas noticias que veía cuando era niña, ya fueran sobre la aparición de la Virgen de Guadalupe en un pan tostado, o sobre un rostro celestial en una pared húmeda, o un cristo que llora. Todas esas noticias disparatadas son parte de una absoluta cortina de humo en plenos conflictos sociales y políticos que se dieron durante la década de los noventa. El propósito era desviar la atención del público de los problemas importantes de las élites políticas y económicas mediante la distracción con información insignificante, de esta manera Televisa y TV Azteca mantenían ocupadas nuestras mentes.
¿Saben por qué se llaman cortinas de humo?, porque, durante la Primera Guerra Mundial, los soldados lanzaban humo para esconder los movimientos de ataque a sus enemigos, así como los buques de guerra. De esta manera se desviaba la atención del enemigo y era mucho más fácil atacar. Así es como, metafóricamente, actúan los gobiernos que quieren ocultar sus sucias acciones.