Hay que prepararse para el alza de impuestos
Alianzas partidistas * Desempleo viento en popa
Por Gerardo Flores Ledesma
MUCHOS HAN apoyado la decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que sea la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) la encargada de armar toda la operación para el abasto de medicamentos en 2021.
El argumento de hacer compras consolidadas, es decir adquirir más barato por volumen, evita la corrupción en cualquier mecánica de gobierno.
El problema es que, nuevamente, se deja fuera a la industria farmacéutica nacional, y se corta con la misma tijera a quienes son decentes y quienes no, y se les quiere ceñir el mismo traje de corruptos a todos, sin importar las diferencias.
Si los encargados de la UNOPS no aseguran el abasto de medicinas para 2021, como se vislumbra, ya que sólo han realizado reuniones vía zoom, sin un proyecto nacional, nos coloca en la posibilidad de caer en un grave desabasto, por lo que urge tomar acciones inmediatas.
La UNOPS no ha dado a conocer cuál será el mecanismo de participación directa para la industria farmacéutica nacional, estratégica para el desarrollo del país, ni tampoco el plan para aterrizar el abasto de fármacos con la mejor dinámica regulatoria, y que desde su modelo se genere la eficiencia y la transparencia, y la población tenga acceso a mejores productos, precios y servicios.
El desabasto de medicinas en 2021 es otro frente de confrontación que abre el gobierno de la 4T sin ninguna necesidad.
Ya hay muchos espacios para el enfrentamiento entre el gobierno, los empresarios y la sociedad civil, desde la modificación a la Ley del Banco de México, hasta la desaparición de la figura de subcontratación, pasando por la nula ayuda que se ha tenido durante la pandemia sanitaria y la ruptura que se ha generado con los colectivos de mujeres, agricultores, transportistas, artesanos, ONGs, donatarios diversos, empresarios, desempleados, y otra gran cauda de sectores que han sido afectados por la crisis económica.
Hay mucha confusión en torno al proceso de la compra de medicamentos y material de curación en México, a través de la UNOPS, y no es suficiente sólo la buena intención y apoyo de las Naciones Unidas, se requiere un modelo, que no existe aún, en el que se demuestre que hay eficiencia y capacidad para adquirir los insumos requeridos y estos se distribuyan de manera oportuna.
Si eso no ocurre, podríamos ver el próximo año escenas dolorosas de desabasto para población vulnerable, como las observadas en 2020 con los niños con cáncer, los diabéticos y los que reciben tratamientos de Sida, entre otros, que quedaron a merced de la improvisación y malas decisiones.
Hay que recordar que comprar medicinas para una nación requiere de contratos negociados durante meses, porque los laboratorios no se dedican a manufacturar de un día para otro, ni tampoco tenemos autoridades eficientes para expedir permisos, aprobar pruebas y ensayos, contratar y pagar. Tampoco se trata de cancelar y extirpar a todos los involucrados so pretexto de que son corruptos y conservadores. Esa película ya la vimos en 2019 y 2020, Con la salud del pueblo no se juega. La negligencia criminal también se puede aplicar como delito.
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COMO CADA año, desde hace décadas, el primer día de enero entran en vigor nuevos precios de productos, debido al ajuste que se hace por el impacto inflacionario. Los sesudos funcionarios del actual gobierno también le llaman “actualización”. Pero, lo importante es que al despuntar la mañana del 1 de enero de 2021 subirán de precio el litro de gasolina y diésel, la cajetilla de cigarrillos, los refrescos y las bebidas azucaradas y alcohólicas, entre otros.
Todo está planchado para que se eleve, automáticamente y por decreto, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), un impuesto que genera casi un tercio de la recaudación nacional y que impacta directamente a una gran masa de la población.
Ya se publicó en el Diario Oficial de la Federal la “actualización” o “ajuste” por componente inflacionario. Por eso, a partir del 1 de enero la gasolina Magna subirá en el IEPS de 4.95 pesos a 5.1148 pesos por litro; la Premium pasará de 4.18 pesos a 4.3192 pesos por litro. En ambos casos se resentirá un aumento de 3.33 por ciento.
Para 2021, cada cigarrillo aumentará su IEPS de 0.4944 pesos a 0.51148. Esto significa un aumento de 3.32%, Así, cada cajetilla con 20 cigarrillos ya no costará 62 pesos, sino 64 pesos aproximadamente.
Para las bebidas saborizadas, el IEPS pasará de 1.2616 pesos en 2020 a 1.3036 pesos por litro. El aumento es de 3.33 %.
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LA ALIANZA entre PAN, PRI y PRD para las elecciones de 2021 han generado ira y preocupación en el presidente López Obrador, porque en septiembre de 2021 podría comenzar el principio del fin del mayor margen de maniobra y poder que haya tenido un jefe del Ejecutivo en el país y sobre los poderes Legislativo y Judicial.
Las hordas morenistas, sumergidas en su soberbia particular y con una visión recortada, van a pudrir el modelo de AMLO, y aunque las encuestas señalan que tiene mucho apoyo popular, han ignorado las encuestas u opinión de todos aquellos que han sido afectados económicamente. El saqueo al bolsillo de millones de mexicanos puede ser el ingrediente o sazonador que condimente el alimento de todos los mexicanos que se sienten ofendidos por las agresiones cotidianas, desde Palacio Nacional, y que quieren un cambio porque les han endilgado, sin razón, el mote de “conservadores”, “fifís”, “neoliberales” y “corruptos”, únicamente porque no están de acuerdo con algunas ideas del actual gobierno.
Está claro que los opositores ya se juntaron, y que AMLO los retó y dio pie para ello. Los soberbios de Morena deberían salir a las calles, supermercados, tiendas, mercados públicos y hablar con la gente para que prueben el pulso del desgaste que muchos mexicanos traen encima y pueden sorber un poco del desaliento que miles de mexicanos beben todos los días. Los resultados de las elecciones en Hidalgo y Coahuila, podrían repetirse, porque, además, han rebasado a la imaginación las guerras intestinas entre los puros y los advenedizos que militan, mandan e influyen en Morena, la mayoría de ellos ex militantes execrables de los partidos a los que hoy ofenden con su memoria y su presencia.
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EL DESEMPLEO está boyante. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en noviembre pasado, la Población Económicamente Activa (PEA) bajó en 226 mil personas, y aunque la población desocupada disminuyó en 191 mil, nos debe preocupar que muchos de las fuentes laborales generadas son de salario mínimo, por lo que hay una elevada precarización del ingreso. Además, hay 8.4 millones de mexicanos que están subocupados y otros 142 mil compatriotas que se pasaron a las filas de la informalidad, a la que ya nutren 32 millones y cuya cifra ya supera al conjunto de los trabajos formales. Las personas que están ocupadas en jornadas menores a 15 horas aumentaron en más de 300 mil en noviembre pasado, por lo que tampoco reciben una paga completa o “normal” y suman más de 4 millones de mexicanos los que no tienen empleo y ni lo buscan porque estamos en semáforo epidemiológico en rojo, por lo que deberán esperar a que termine el confinamiento y los negocios reaperturen nuevamente, lo que ocurrirá hasta el 10 de enero.
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