Leer trae beneficios como mejora de autoestima, productividad, estadios aspiracionales y crecimiento personal
De a cuerdo con el INEGI, un mexicano lee en promedio 3.4 libros al año. En el último Módulo sobre Lectura (MOLEC), esta institución determinó que el consumo de audiolibros, resúmenes digitales y pódcast ha aumentado 40%. Algunos estudios recopilados en «La lectura y las tecnologías de la información y la comunicación», se argumenta, estas herramientas pueden contribuir al desarrollo de habilidades lectoras.
La Estrategia para Incrementar y Fortalecer la Capacidad Lectora del Gobierno de México, describe la importancia de la lectura en el contexto internacional y define algunas de las estrategias para fomentar esta actividad. En ella se explica, leer no es solo comprender los textos escritos, pues también implica la movilización de capacidades y competencias individuales. Si bien, al enumerar los beneficios de la lectura, estos suelen asociarse al desarrollo de competencias relacionadas con la educación, estos van más allá.
Una figura elaborada por FunLectura, recopilada por la Estrategia Nacional de Lectura, resume el impacto de leer en diversos aspectos de la vida, mediante lo definido como «círculo virtuoso de la lectura». Con el cual se establece que la lectura conlleva el desarrollo de habilidades básicas, las cuales son captar información, ordenar el pensamiento y mejorar la comunicación. A su vez, esto trae beneficios inmediatos en el desarrollo académico, como una mejor calidad educativa a nivel sistemático y la reducción de los niveles de abandono escolar.
En el aspecto laboral, según un estudio de Ubits, leer aumenta la productividad y también el desarrollo de estrategias de liderazgo en los trabajadores. Lo cual conlleva mejores ingresos y en consecuencia crecimiento económico. Esto, potencia un estadio aspiracional que trae consigo participación política y social, aspecto que se ve reflejado en la autoestima. Finalmente, el círculo cierra con el impacto positivo de la lectura en la integración de las relaciones familiares y el desarrollo personal.
Aunque las ventajas de la lectura son reconocidas, se tienen datos que avalan el bajo índice de esta práctica en México. Ante ello, el Gobierno desde hace décadas ha emprendido diversas estrategias para fomentarla, no solo a nivel de integración dentro del proceso educativo sino en general. Ejemplo de ello son las Salas de Lectura y el Programa Ciudad Lectora.
La primera busca proporcionar a las comunidades, mediante reuniones, actividades y acervo bibliográfico, las condiciones y materiales para el desarrollo de un pensamiento libre y crítico. Mientras, Ciudad Lectora busca incorporar a servidores públicos a clubes de lectura para hacerlos consientes de la importancia de promover esta actividad. Para lograrlo, implementa círculos de lectura en oficinas, centros de trabajo, PILARES y otros centros culturales. En el informe de resultados del Fondo de Cultura Económica de 2022, se notificó que desarrollaron 974 salas nuevas de lectura, llegando a más de 4 millones de personas en canales digitales como Facebook y Twitter.
Por su parte, el sector privado también implementa programas de fomento a la lectura. Un ejemplo es UBITS, plataforma de entretenimiento corporativo, misma que creó «Ideas de Libro», este consiste en propiciar 15 minutos de lectura en lugares de trabajo. Lo cual, además de mejorar la productividad, permite a los colaboradores adquirir conocimientos sobre liderazgo, tecnología, cultura organizacional y otras habilidades aplicables en el ambiente laboral y fuera del mismo.