Por: Patricia González Miranda
Nos encontramos ante la necesidad de visibilizar las tipologías de violencia en razón de género a las que nos enfrentamos diariamente y debo agregar que me parece muy impresionante la gran cantidad de mujeres que toleran la violencia psicológica.
En datos del BANAVIM, poco más de 600 mil mujeres (registrados) en México sufren de violencia psicológica en su modalidad familiar y es la que más me preocupa pues es muy silenciosa.
La violencia psicológica, es la que más se oculta y puede proceder desde casa, pareja y familia. Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse como acoso, restricción, manipulación o aislamiento, produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a muchas mujeres al suicidio.
¿Qué pasa en este tipo de violencia?, invisibilizar por miedo al cuestionamiento de la sociedad encubriendo varias veces al agresor, pues resulta poco observable no dejando secuelas (aparentemente). Tendemos a dicotomizar valores y roles cayendo en estereotipos que muchas veces llegan a dañar emocionalmente a la mujer y es que la sociedad nos ha marcado esa subordinación avalada por una larga historia de desigualdad.
Entendamos que cuando una mujer es víctima de esta violencia (una de las más severas) por su nivel de desvalorización, manipulación y degradación ocasionando un bajo autoestima también es un riesgo importante para la salud, ocasionando depresión y posteriormente el suicidio en la víctima.
El suicidio feminicida (cuando el agresor induce a la pareja a suicidarse) es ahora una figura que se ha tipificado en algunos Congresos Locales . Este término acuñado por Diana Rusell ha sido regulado por un solo país, El Salvador cuya sanción oscila entre los cinco a siete años de prisión.
Cinco de cada 10 mujeres padecen violencia psicológica, por esto es de suma importancia la implementación de Iniciativas, Leyes y Políticas Públicas que protejan la integridad de las féminas en su vida privada, pues definitivamente es una de las violencias más difíciles de identificar y más fácil de ocultar.
No hay herida que dañe más a un ser humano que sus palabras.