El primer debate presidencial ha generado tal discusión en las redes sociales y en las mesas de análisis político e incluso en las sobremesas de desayunos, comidas y cenas, ahí es donde en realidad está el verdadero debate.
Más allá de las fallas técnicas, cuyo “ruido”, no debería merecer ni una línea, pues la falla del cronómetro, no es lo verdaderamente importante, sino, cómo quedaron los aspirantes en el ánimo de la población tras ese ejercicio.
Y es que lo que se juega, son los próximos seis años de la vida nacional en todos los ámbitos, por ello, bien vale la pena discutir el fondo de las propuestas, la personalidad, la forma en que se condujeron los aspirantes, sin detenernos en lo técnico, que de eso se encargará el Instituto Nacional Electoral (INE).
Fueron al menos 12 millones de personas las que siguieron el debate; para el colectivo, la ganadora, fue Xóchitl Gálvez Ruiz, la hidalguense que ha generado un fenómeno social en su entorno.
Xóchitl es la candidata del pueblo y no de los partidos que la postularon, aunque gracias a la alianza Fuerza y Corazón por México, es posible que ella esté en la contienda y eso le permita abanderar las causas del PAN, PRI y PRD. Aunque debo subrayar que Xóchitl, puede presentarse como una candidata ciudadana, que tiene propuestas y que sin duda es la única opción seria, para enderezar y darle rumbo al país.
Xóchitl se presenta tal cual es, una mujer sin filtros, ni poses, auténtica, que habla con la verdad y que tiene una historia en la vida pública, primero como funcionaria en el gabinete de Vicente Fox, donde hizo lo que nadie había hechos por los pueblos y comunidades indígenas.
Mientras que, en el Senado de la República, su paso fue limpio y en defensa de las causas de la mayoría de los mexicanos. Por ello, la gente que saltó en las redes sociales no solo para defenderla, sino para darle ánimos, es gente que incluso le promete seguir promoviéndola, pero le pide sacar más talento para que en una segunda ronda, ahora si mande hasta el fondo de los ánimos electorales a la candidata oficial.
De Jorge Álvarez Máynez, ni que decir, él sí está en el fondo del abismo y como se dijo siempre, la elección solo será entre dos, Xóchitl y la otra candidata, así que, sigamos con lo importante.
Para los analistas políticos, los más prestigiados de los “medios de manipulación” a los que todos los días reprocha y descalifica AMLO, Sheinbaum ganó el debate, por su capacidad de mentir, simular y engañar.
Esas son las “cualidades”, que la dieron como ganadora; la verdad.
Tal como lo dice Ricardo Alemán: “La opinión es, por definición, la expresión más subjetiva posible e imaginable, ya que se trata de una apreciación personalísima, íntima y única, de tal o cual acontecimiento, por ello, mientras que a los “expertos”, les pagan en sus medios para decir tal o cual cosa, la verdad, queda en la conciencia de los más de 100 millones de mexicanos que saldrán el 2 de junio a las urnas”.
Hay encuestas como la de Massive Caller, que colocó a Xóchitl con un 53.6% por encima de Sheinbaum y Máynez respecto a las mejores propuestas en materia de transparencia y combate a la corrupción.
Así que el debate, del debate a través de las redes sociales, está mejor, y sin duda seguirá dando de qué hablar y provocará lo que estamos viendo, que se caigan las máscaras, como la de AMLO que un día dice que el debate estuvo bueno y al otro día lo descalifica.
Lo que diga o piense el colectivo, es lo que verdaderamente cuenta, el debate estaba hecho para los votantes, no para la gente que gobierna, ni para los analistas, ni para tal o cual grupo, estos ejercicios democráticos son para que los votantes se animen a ver los próximos debates y eso les dé luz para saber por quién habrán de dar su voto.
Se esperaría que, para el segundo debate, el INE mejore el formato y que garantice piso parejo, además de dar indicaciones a las cámaras de televisión para que favorezcan por igual a los aspirantes.
Apunte: Cuando hablo de la “otra” candidata o a de la candidata del sistema o de la aspirante de la alianza contraria, es porque durante el debate, Claudia Sheinbaum Pardo, nunca se refirió a Xóchitl Gálvez Ruiz, por su nombre; ella, marcó así un nuevo lenguaje, una nueva forma de comunicar, de ignorar, de tratar de sobajar y de eliminar a su contraria, -ojo-, México necesita de unidad, de pacificación, de concordia, de respeto, de tantos y tantos valores que se perdieron y que eso es lo que -hoy-, nos tiene como un país tan dividido y teñido de rojo sangre.
Por ello, es que no se debería permitir que una mujer que aspira a gobernar este país le falte al respeto a su contrincante política. No hay justificación para ello, no importa que digan que están en campaña, que así es la contienda, no, bien dice el dicho: “Lo cortés no quita lo valiente”.