Las denunciantes alegan que el ilusionista David Copperfield drogaba a sus víctimas para abusar de ellas
David Copperfield de 67 años, quien en los años noventa fue una figura de fama global y acercó la magia a grandes públicos, fue acusado de agresión sexual por 16 mujeres, según una investigación que ha llevado a cabo el diario The Guardian, publicada este miércoles.
Las denunciantes alegan que el ilusionista estadounidense tenía el patrón de drogar a sus víctimas para posteriormente abusar de ellas. Los representantes legales de Copperfield negaron rotundamente todos los cargos
La edición estadounidense del diario británico se basa en entrevistas con más de cien personas, documentos de tribunales y registros policiales, e incluye denuncias de tres mujeres que dicen que el mago las drogó antes de tener relaciones sexuales, sin su consentimiento.
Sus abogados califican las denuncias de “completamente falsas” e “inverosímiles”. Afirma que “nunca ha actuado inapropiadamente con nadie, y mucho menos con menores de edad.
Según el medio, los ataques abarcan un largo periodo: desde finales de los años ochenta hasta 2014.
En aquel entonces, más de la mitad de las jóvenes tenían menos de 18 años; e incluso algunas llegaban a los 15 años.
Parte de las denunciantes dieron su testimonio con nombre y apellidos, dejándose fotografiar, mientras que otras prefirieron permanecer en el anonimato.
Las mujeres mantienen también un pasado similar ya que conocieron a Copperfield cuando eran muy jóvenes, y buscaban hacerse una carrera en la industria del entretenimiento o ser modelos, mientras él se prestaba a ayudarlas.
Cuatro de las mujeres (tres de ellas entonces en la adolescencia) acusan a Copperfield de tocamientos sexuales, incluso cuando las subía al escenario. Un familiar de una de las chicas, de entonces 15 años, recuerda haber visto desde el patio de butacas como le manoseaba el pecho en pleno show.
Una de ellas lo cuenta con nombres y apellidos: Fallon Thornton, de ahora 38 años, ha contado cómo hace una década, en 2014, Copperfield la subió al escenario del casino y hotel MGM Grand de Las Vegas, donde hacía un espectáculo, y le estrujó los senos. Ella llegó a ir entonces a la policía de la ciudad para poner una denuncia, pero asegura que nadie la tomó en serio y que cerraron el caso por falta de pruebas.
En respuesta, los abogados niegan que en los vídeos de aquella noche no se aprecia ese gesto.
En tanto que, el casino —donde el mago ha actuado con regularidad desde el año 2000— se ha negado a emitir comentarios.
Las mujeres han contado que no fue hasta que surgió el movimiento #MeToo —en octubre de 2017 cuando, tras la detención del productor Harvey Weinstein por violencia sexual, la actriz Alyssa Milano alzó la voz e invitó a todas las mujeres que la hubieran sufrido a contarlo— cuando algunas de ellas se dieron cuenta de que podían hablar de lo sucedido con un hombre de la fama, el poder y la fortuna de Copperfield (según un artículo de Forbes de hace cinco años era el mago mejor pagado del mundo, con USD 875 millones de dólares).