· La inflación, muy difícil de controlar para el Banxico
· Se espera, con todo, que los choques sean transitorios
El control de la inflación es y seguirá siendo una tarea muy cuesta arriba para el banco central porque, aparte de las tradicionales presiones económicas, tienen fuerza muy determinante las emocionales, como la avaricia de los oferentes que no están dispuestos a compartir pérdidas. Obviamente los analistas y los banqueros centrales no toman en cuenta las causas de actitudes personales entre los agentes económicos.
En la segunda semana de noviembre, en ocasión del anuncio del Banco de México del incremento de la Tasa de Interés Interbancaria (TII), la Junta de Gobierno del Banco de México se reunió para analizar el proceso inflacionario de este año que está por concluir, en una lucha titánica por lograr que este fenómeno no sea tan difícil de superar en la economía nacional.
De esa reunión, la institución bancaria central distribuyó la minuta, en la que destaca la lucha contra la inflación. El Banco de México tiene como objetivo fundamental aplicar la política monetaria para cuidar que la inflación no se desborde porque si esto ocurre toda la economía entra en crisis. Espero que en esta ocasión no ocurra esta debacle como ha ocurrido en sexenios del pasado.
En el presente caso, de acuerdo con la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico, la inflación ha resentido las disrupciones en las cadenas de producción, los incrementos generalizados en los precios de las materias primas y alimentos, así como el cambio de patrones de consumo.
Durante la reunión, en la que tradicionalmente los banqueros centrales analizan la aplicación de la política monetaria, se señaló que, en cuanto a las presiones a las presiones externas, el reto es entender la extensión de las disrupciones en las cadenas y costos de producción, dada la expectativa de que la inflación sea menos transitoria y más difícil de revertir.
En cuanto a las presiones internas se manifestó en la reunión que se tiene que monitorear la contaminación de estos choques en el proceso de formación de precios. Otro miembro de la Junta añadió el efecto de la reversión a la tendencia en los precios de algunos bienes y servicios.
Pero la mayoría indicó que, debido a la profunda integración económica de la economía de México con la de Estados Unidos, la mayor inflación en aquel país ha contribuido al repunto en México y esto ha impactado particularmente a los precios de los alimentos. Esto es relevante ya que en México el ponderador de alimentos es alto en la llamada canasta de consumo, lo que amplía su influencia en la inflación, tanto la general con la subyacente.
Recientemente, observaron los banqueros centrales, las presiones inflacionarias se han sentido en una variedad de bienes y servicios y ya no parecen reflejar solamente cambios transitorios de precios relativos. La economía se enfrenta a un fenómeno de aumentos generalizados y sostenidos, dado que los precios de la mayoría de los rubros principales muestran incrementos significativos.
Se observaron incrementos mensuales, anualizados en más del 50% de los bienes genéricos del índice general; y en octubre, más del 75% de los genéricos registraron una inflación mensual anualizada mayor a 3%, mientras que hace un año este porcentaje era de alrededor del 50%.
El 54% de los genéricos de la inflación general tienen una variación anual mayor a 4% y, de estos, el 91% tiene una variación de más de 5% y se observa algo similar para la inflación subyacente y aún en mayor medida al interior de las mercancías.
De acuerdo con la minuta, en octubre la inflación general mostró una leve variación anual, explicada principalmente por un incremento del componente subyacente. De acuerdo con algunos de los asistentes, es elevado el nivel de la brecha de inflación. Y ésta es una de las mayores dentro de las economías emergentes.
La inflación anual alcanzó el nivel más elevado durante casi cuatro años, por encima de las previsiones de analistas y del propio Banxico. Además, este incremento sostenido en la inflación se da ante una recuperación incompleta.
La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno señaló que las expectativas de las inflaciones general y subyacente para 2021, los próximos 12 meses y el cierre de 2022 volvieron a incrementarse, mientras que las de mayor plazo se han mantenido estables en niveles superiores al 3%.
Con todo, la mayoría resaltó que los choques que han incidido en la inflación son principalmente transitorios. Estos deberían comenzar a desvanecerse a medida que se avance en el control sanitario. Esperan una reducción hacia la mitad de 2022. Ojalá les asista la razón.