La economía como conjunto de hechos factuales orientados a la generación de  bienes satisfactores, es consustancial a los seres humanos, es sobrevivencia; a  lo largo de la historia es la búsqueda de mejores niveles de bienestar de todos  los que integran una sociedad; economía se refiere a la salud material del  individuo en sociedad con equidad y sustentabilidad.  

En la era tribal, la conquista, el sometimiento, la esclavitud del trabajo, alcanzó  su madurez terrorífica en la época medieval, donde las monarquías afianzaron  su poder mediante el colonialismo, proceso histórico de acumulación originaria  de capital.  

La economía como ciencia surge a partir de 1776 con la “Investigación sobre la  Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones” de Adam Smith, en los  inicios de revolución tecnológica, estableciendo que el motor del crecimiento  residía en la división del trabajo, la acumulación del capital y el progreso  tecnológico, siendo la libertad de mercado el instrumento fundamental.  

La economía colonial empoderó a los grandes terratenientes, en la era industrial,  la libertad de mercado a las empresas manufactureras, y hoy a las financieras y  a las tecnológicas, mientras que más del 60% de la población mundial sigue en  condiciones infrahumanas.  

A pesar de que la economía como disciplina científica es una manera de pensar,  analizar y tomar sentido de la realidad, en aras del bienestar general, hoy la  teoría económica ha adquirido un grado tan elevado de irrealidad, de forma tal  que no da respuesta a las necesidades de la humanidad, pero profundiza la  desigualdad y la precarización del empleo, derivando en más pobreza.  

Desde la perspectiva de la geoeconomía, la pandemia ha venido acelerar, la  disputa en entorno a los recursos naturales, dominio de los mercados y la carrera  armamentista-científico tecnológica, con el objetivo de lograr la hegemonía  mundial.  

Biden busca reactivar su economía con inversión sin precedentes, de corte  monetarista, con políticas públicas activas, atendiendo rezagos en salud, clima,  pobreza y educación; escalando las tensiones en contra de Rusia, acciones  desestabilizadoras, que no tendrán un efecto considerable en Rusia, pero si  empujan a una inexorable polarización de bloques, motivada por la descarnada  ambición de ocupar espacios de influencia, en la economía global  postpandémica que se está gestando.  

El riesgo de más violencia es evidente, cuando la humanidad requiere de unidad  para superar los efectos y consecuencias de la pandemia y los efectos del cambio  climático.  

Europa visualiza superar la pandemia a través de la sostenibilidad ambiental y  la digitalización de su economía, colocando como elemento estratégico al uso  del BigData a través de la tecnología 5G, impulsando el desarrollo de nuevos  servicios y soluciones en movilidad, salud e industrialización, buscando más  eficiencia desde el punto de vista medioambiental. 

Rusia y China están construyendo una convergencia, para crear un nuevo  sistema económico global, Putin declaró en enero, en el Foro Mundial de Davos  que estimular a la economía a través de la deuda es obsoleto, sobre todo porque  los costos de educación y salud se han incrementado con la pandemia, lo que es  imperativo es la fiscalización de los paraísos fiscales y la urgencia de elevar los  impuestos a los multimillonarios.  

El lado oscuro de la globalización, son los paraísos fiscales (Islas Vírgenes,  Andorra, e Islas Caimán) como las jurisdicciones secretas, donde se localizan  más de 8.7 trillones de dólares, provenientes de operaciones ilegales.  

El punto de inflexión es tanto el ciber-yuan, cuyos flujos estarán fuera del  Sistema Swift de los EU, que controla las transacciones financieras de más de  21 mil bancos del mundo, en su lugar ya está operando el China International  Payments System, al cual ya se sumaron bancos rusos afectados por las  sanciones norteamericanas a Rusia.  

El neoliberalismo será superado por un nuevo modelo económico global, donde  la tecnología, en toda su multidimensionalidad, está presente y en constante  escalamiento, por la otra parte los nuevos sistemas financieros, donde las  criptomonedas están ganando terreno. 

La economía como la conocimos ya empezó a dejar de ser lo que fue, la  disyuntiva es, favorecerá a la sociedad disminuyendo la desigualdad y  desterrando la pobreza, o se incrementará la precarización hasta la hambruna.  La moneda del cambio está en el aire. 

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Actualmente Director del Observatorio Tecnológico de Hidalgo (OTecH) (2011 a la fecha), profesor Investigador en la UAEH (2009 a la fecha), presidente de la academia de Fundamentos de la Metodología de Investigación. El 26 de octubre del 2020 obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Administrativas en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo con la tesis “Modelo Virtual para la Transferencia Tecnológica y de Conocimientos en el Estado de Hidalgo” Estudio LA Licenciatura en Economía en el IPN (1971-1976) y la Maestría en Ciencias de la Administración en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (1992-1994), Conduce el programa de radio “Sinérgica: El Rostro Tecnológico de la UAEH