El sábado Santo Papa Francisco presidió la Vigilia Pascual para celebrar este domigo la Resurrección de Jesucristo, luego de que el viernes se ausentó del Viacrucis en el Coliseo romano por recomendación médica
CIUDAD DEL VATICANO. Domingo de Resurrección: Desde la Basílica el Santo Papa Francisco pide por quienes no pueden profesar libre y públicamente su fe como Nicaragua y Eritrea, donde también pidió denunciar los “gélidos vientos de la guerra” y otras injusticias.
Al presidir ayer la misa de la Vigilia de Pascua para celebrar este domingo la Resurecciòn de Jesuscristo, desde la Basilica de San Pedro, Papa Francisco concedió indulgencias a la humanidad y compartió el Evangelio Según San Mateo 27,62-66.
En su mensaje Urbi et Orbi de esta Pascua2023, el Santo Papa recordó a «las comunidades cristianas que hoy celebran la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua y en Eritrea, donde no pueden profesar públicamente su fe.
Al comienzo de su discurso, el Papa recordó que Pascua significa “paso”, “porque en Jesús se realizó el paso decisivo de la humanidad: de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, del miedo a la confianza, de la desolación a la comunión”.
A continuación, el Santo Padre felicitó la Pascua a todos los fieles y aseguró que “Jesús, el Viviente, está con nosotros para siempre”.
Asimismo, señaló que “Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado, como se proclama en las Iglesias de Oriente”.
“Ese verdaderamente nos dice que la esperanza no es una ilusión, ¡es verdad! Y que, a partir de la Pascua, el camino de la humanidad, marcado por la esperanza, avanza veloz”, expreso.
El Pontífice, de 86 años, no participó en una procesión al aire libre el viernes por la noche debido a las frías temperaturas en Roma. Sus médicos le recomendaron seguir la oración desde su residencia tras ser hospitalizado la semana pasada por una bronquitis.
Durante la Vigilia Pascual, bautizó a ocho adultos convertidos al catolicismo. Tras comenzar el servicio en la parte trasera de la iglesia con el tradicional encendido de un gran cirio pascual, fue trasladado en silla de ruedas a la parte delantera para presidir la misa.
En su homilía, ante unas ocho mil personas, habló de la desilusión. “Podemos sentirnos impotentes ante el poder del mal, los conflictos que desgarran las relaciones, las actitudes de cálculo e indiferencia que prevalecen en la sociedad, el cáncer de la corrupción, la propagación de la injusticia, los gélidos vientos de la guerra”, dijo.