En el país hay 23.2 millones de personas se reconocen como indígenas y se hablan 68 lenguas indígenas y 364 variantes
Pachuca, Hidalgo, 9 de agosto de 2022.- Las y los herederos de la diversidad cultural y lingüística del país, el respeto y reconocimiento a su cultura, la defensa de sus derechos y territorio, así como los desafíos que enfrentan en la sociedad actual, merecen trato igualitario.
En el ámbito gastronómico, los pueblos indígenas predominan por sus platillos elaborados con ingredientes tradicionales como el chile, cacao, tomate, calabaza, frijol, maíz, aguacate, nopal, cacahuate y camote, incluso las tortillas que se transforman mediante un proceso la nixtamalización inventado por los indígenas mesoamericanos, sumado a ello el uso cotidiano de las cazuelas, de barro, metates y molcajetes, y jarras de cerámica.
Otro aportes de los pueblos originarios es la medicina tradicional, considerada la segunda más importante del mundo, después de la medicina china. Hoy en día siguen siendo parte de la vida cotidiana de los mexicanos el uso de los tés de hierbabuena, tomillo, mejorana, orégano, gordolobo, eucalipto, prodigiosa, toronjil, árnica. También el uso de los temazcales.
Y qué decir de sus tradiciones, como la fiesta de Día de Muertos, la cual se lleva acabo en todo México pero tiene un sentido muy fuerte del vínculo con la otra vida (Muerte) es parte de la cosmovisión de nuestros pueblos originarios, de ellas se han derivado multiplicidad de leyendas y hoy en día hasta hoy en día, incluso películas, como ”Coco”, en donde se recupera la tradición e importancia de la familia y el respeto a los adultos y su aporte cultural. Y no podemos dejar atrás la colorida Guelaguetza en Oaxaca.
Aunque difieren en costumbres y culturas, todas estas personas se enfrentan a las mismas realidades, de igual dureza como desalojos de sus tierras ancestrales, negación de oportunidades para expresar sus culturas, agresiones físicas y trato como ciudadanos y ciudadanas de segunda.
La aportación de los pueblos indígenas a México es múltiple y tiene varias dimensiones; es fundamento de la diversidad cultural, política y social de los mexicanos. Sus regiones son estratégicas y de referencia obligada para el desarrollo económico nacional.
Sin embargo, está el otro lado de la moneda, con frecuencia, este sector es marginado y sufre discriminación en los sistemas legales de sus países, y en México no es la excepción, con lo que se ven expuestos en mayor medida a actos de violencia y abusos.
Los defensores y defensoras indígenas de los derechos humanos que alzan la voz sufren intimidación y violencia, respaldadas a menudo por el Estado. Además, pueden ser agredidos físicamente o ser asesinados sólo por pertenecer a pueblos indígenas.
Con iniciativas pacíficas, pueblos indígenas pretenden mantener su identidad cultural o ejercer el control sobre sus tierras ancestrales—ricas, a menudo, en recursos y biodiversidad— ha dado lugar a acusaciones de traición, violencia y asesinatos.
Para identificar un pueblo indígena se pueden contrastar ciertas características sobre todo, se identifican a sí mismos como pueblos indígenas al tener un vínculo histórico con quienes habitaban el país o la región en el momento en que llegaron personas de otras culturas u otros orígenes étnicos.
Tienen fuertes lazos con el territorio y los recursos naturales circundantes; tienen sistemas sociales, económicos o políticos propios; tienen lenguas, culturas y creencias propias; son marginados y discriminados por el Estado; o mantienen y desarrollan sus entornos y sistemas ancestrales como pueblos específicos.
Cada una de estas características puede tener más o menos importancia en función de la situación. Los pueblos indígenas son también conocidos como primeras naciones, pueblos aborígenes o pueblos nativos.
Los pueblos indígenas tienen una relación especial con la tierra en la viven desde hace generaciones; en ocasiones, desde hace decenas de miles de años. Poseen importantísimos conocimientos sobre la gestión sostenible de los recursos naturales y actúan a modo de guardianes o custodios de la tierra para las generaciones venideras. Perder sus tierras supone una pérdida de identidad.
En México residen 68 pueblos indígenas y 364 lenguas originarias, y de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2020 el 6.1 por ciento de la población nacional de tres años en adelante, se registró como hablante de alguna lengua indígena, dando un total de 7 millones 364 mil 645.
Un elemento muy importante que los distingue y les da identidad, es la lengua con la que se comunican. De acuerdo con el Censo de 2020 los estados con mayor número de población hablante de una lengua indígena; es Oaxaca con el 31.1 por ciento, seguido de Chiapas con 28.2 por ciento, Yucatán 23.7 por ciento, Guerrero con 15.5 por ciento, e Hidalgo con 12.3 por ciento.
En territorio hidalguense 362 mil 629 personas hablan una lengua indígena, lo que la coloca como la quinta entidad federativa con mayor porcentaje y la octava con mayor número de hablantes de náhuatl (234 mil 450 personas), hñahñú (120 mil 492 personas) y tepehua (mil 656 personas).