De llamar la atención que apenas terminada la jornada comicial del revocatorio presidencial ayer domingo y sin que todavía se conocieran las tendencias reales del voto, ni la participación ciudadana (estimada poco antes del cierre de estas líneas en un 18 por ciento, y predominantemente a cargo de las personas de la tercera edad , las y los gobernadores, más la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, hicieron circular a través de redes sociales un desplegado, carta y/o documento, preparado claro con mucha antelación, para celebrar el éxito del primer ejercicio de democracia participativa en México.
En ese documento, también destacaron el triunfo de la democracia participativa y el apoyo del pueblo de México -los mayores beneficiados con las pensiones- al presidente López Obrador. Extraño y perturbador ese comunicado de Morena y los 18 gobernantes emanados de sus filas. Aun cuando escribía anoche poco antes de las 22:00 horas estas líneas, seguían pendiente los resultados comiciales definitivos y/o consolidados, una tarea en manos todavía del Instituto Nacional Electoral. Perturbador el mensaje de Morena porque conlleva implícitamente el desconocimiento del INE en los hechos y de sus tareas sustantivas en cualquier proceso electoral que se efectúe en México. Todavía, insisto. Es claro que el INE está en vías de extinción, salvo que algo y fuerte ocurra en la vida política del país. Pero también es claro que aún es el máximo organismo comicial de México.
En su desplegado, los gobernantes de Morena dijeron que el triunfo de la democracia participativa en México se dio aun cuando el INE hizo todo, sí, todo, para impedir la participación popular en la jornada dominical. Parte de ese todo acusatorio, incluyó, dijeron las y los gobernadores de Morena, que se haya fijado la fecha del domingo previo a la Semana Santa, y la instalación de casillas en un número reducido, equivalente a una tercera parte de las que se habilitan para llevar a cabo una elección constitucional como la ocurrida ayer. Claro, el comunicado, carta u lo que sea que fue, no indica que hubo una reducción drástica y un regateo del presupuesto para la tarea a cargo del INE. También acusaron la lejanía de las casillas y su mala ubicación. Todo, claro, culpa del INE, el villano favorito de estos tiempos en México.
Pese a ello, dijo el documento, México es hoy un ejemplo de democracia para el mundo. Hay que asumir que aún y cuando resulte ejemplar la democracia mexicana a escala mundial, esto es pese al INE, lo cual suena un tanto ilógico al menos. Democracia sin más estructura que un pueblo enjundioso y veterano según el perfil del voto, y un gobierno compenetrado con aquel. Todo lo demás se opone y se sale de la ecuación ejemplar, el INE en primer lugar. Curioso sepulturero de la democracia más plena que nunca y aún ejemplar hoy en México.
De nueva cuenta y sin tener datos fiables, y sobre todo verificables, se dijo que el pueblo votó y ratificó al presidente de México. ¿Para qué sirve entonces el INE? Así, a ojo de buen cubero, se decidió que la jornada dominical fue un éxito para el país, para el presidente, para Morena, para el pueblo y por supuesto para la democracia, que de esta forma deja de ser tutelada por instituciones como el INE, un organismo costosísimo e integrado por un grupo de caifanes que sólo se beneficia así mismo y cuyo mejor destino será el basurero, según se ha anticipado desde el Palacio Nacional y el poder legislativo de Morena.
Claro, el documento de marras felicita a todas y todos los que hicieron posible este día histórico. Menos el INE, que visto como se ve, constituyó un obstáculo destruido en las urnas, vaya cosa tan singular. ¿Qué sigue? La celebración histórica de esa unión nunca antes vista en México entre gobierno y un pueblo que resulta mucha pieza, y que rebasa a sus instituciones, esas que no sirven ya, esas a las que sólo queda sepultar. ¡Viva la democracia participativa, pues!
@RoCienfuegos1