Decir adiós, también es amor propio

“[…] cada adiós nos acerca un poco más a la versión de nosotros mismos que queremos ser, y a la vida que deseamos vivir»

¿Te ha pasado qué al iniciar algo nuevo, o quizás de reemplazar alguna prenda u objeto que ya no sirve sientes dolor al dejar ir, aunque se trate de sólo un objeto?

En la vida, decir adiós puede parecer uno de los actos más difíciles y dolorosos que enfrentamos. Ya sea alejarnos de una relación, un trabajo, un objeto o incluso de una versión de nosotros mismos, nos cuesta soltar lo que conocemos, lo que nos resulta familiar. Sin embargo, en ocasiones, decir adiós es la decisión más valiente y necesaria que podemos tomar.

El amor propio no se trata únicamente de darnos cariño o de cuidarnos físicamente. También implica tomar decisiones difíciles, como alejarnos de situaciones o personas que ya no nos hacen bien. Decir adiós no es sinónimo de “olvidar”, sino de respeto hacia nosotros mismos y de que es momento de soltar para avanzar. Es reconocer que no debemos conformarnos con menos de lo que merecemos, que nuestras emociones y bienestar son importantes, y que es nuestra responsabilidad protegerlos.

A veces, nos aferramos a la idea de que debemos quedarnos en situaciones que ya no nos aportan nada positivo, por miedo al cambio, al vacío que podría dejar esa despedida. Pero, ¿qué tan cierto es ese temor? ¿Qué tanto nos estamos negando a nosotros mismos la posibilidad de algo mejor por miedo a lo desconocido?

El adiós puede ser doloroso, pero también es liberador. Es una declaración de amor propio que nos permite abrir espacio para nuevas experiencias, relaciones, y oportunidades que sí resuenen con quienes somos en el presente. Soltar lo que ya no nos sirve es dar un paso hacia adelante, es darnos la oportunidad de crecer y de seguir nuestro camino con la cabeza en alto.

En la práctica, decir adiós puede ser complejo y emocionalmente agotador. Pero cada adiós nos acerca un poco más a la versión de nosotros mismos que queremos ser, y a la vida que deseamos vivir. Al final del día, recordar que el amor propio también implica aprender a soltar nos permitirá avanzar con más ligereza y convicción.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a la necesidad de decir adiós, recuerda que también es un acto de amor hacia ti mismo. Porque, aunque duela, es un paso esencial para seguir creciendo y evolucionando.

Tu salud es primero.

@proyecto_be