roberto cienfuegos

El próximo domingo cinco de junio, unos 11 millones de electores en seis estados del país -Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas- decidirán a las y/o los titulares de sus respectivos poderes ejecutivos. La mayoría de las encuestas, y no pocos comentaristas, analistas y/o columnistas, prevén que Morena, el partido en el poder, se impondrá en la mayoría de estos Estados, bastante diversos entre sí, por cierto.

Sólo dos de las entidades en juego, Hidalgo y Oaxaca, se mantienen bajo el control del otrora partidazo tricolor, hoy en franca retirada y si los pronósticos se cumplen, estos dos estados pasarían a manos de candidatos hoy de Morena, uno de ellos, Julio Menchaca, un ex priista hidalguense, convertido al morenismo como senador de la república en 2018, y el oaxaqueño Salomón Jara, un político de origen perredista e incorporado a Morena en 2014, es decir, Morenos ambos de cuño reciente.

En caso de perder, como se vaticina, el PRI quedaría más escuálido que nunca con apenas el control de las gubernaturas del Estado de México y de Coahuila, las dos pendientes de relevar a los titulares del poder ejecutivo el año próximo, en la antesala de la lucha presidencial, la madre de todas las batallas por el poder político y económico del país.

En Tamaulipas, otro ex priísta, hoy Moreno, Américo Villarreal Anaya, disputa la gubernatura, un cargo que ejerció su papá, Américo Villarreal Guerra entre 1987 y 1993. Así que Villarreal Anaya es también un moreno de reciente estreno. De más está decir los problemas que agobian a Tamaulipas hace años, cuyo gobernador panista, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, aún tiene pendientes acusaciones por delitos graves como lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, y aún el desenlace de un prolongado proceso de desafuero, que según él mismo está virtualmente descartado, pero…

Con un abanico de mujeres en la competencia por la gubernatura de Aguascalientes, la aliancista María Teresa Jiménez Esquivel, se perfila a la cabeza de la carrera, superando a Nora Ruvalcaba, de Morena, el único estado que se considera a estas horas como seguro para la oposición, sin que puedan descartarse sorpresas.

Leslie Angelina Hendricks, también hija del ex gobernador quintanarroense Joaquín Hendricks, de estirpe priísta, va muy abajo en las encuestas, pero está convencida de dar la batalla por un estado que todavía hoy aporta el mayor caudal de divisas por el turismo. Leslie Angelina dijo a un grupo de periodistas en estos días que los priistas del Estado están tomando sus propias decisiones una vez que carecen hoy día de un presidente, un gobernador y aún de muchos alcaldes. Añadió que pese a que las encuestas le son adversas, ella y su equipo están escuchando otros números a ras de tierra. Cuesta arriba, pero decidida. El domingo traerá la verdad.

Y en Durango, el panista José Rosas Aispuro, podría ceder el Ejecutivo a la morenista y también ex priista, Marina Vitela, aun cuando no se descarta que Esteban Villegas, bajo las siglas del ex partidazo, pudiera dar una sorpresa, y evitar el deshilvanamiento del PRI.

Ya se verá. Están cortas las horas para la elección dominical. Es cierto, Morena, que mucho se parece al PRI, podría consolidarse como el mayor actor del poder político mexicano. La respuesta la tienen, la tendrán los electores. De ellos dependerá el resultado. Será cosa de que vean si lo que hay, después del ascenso morenista al poder en 2018, les complace lo suficiente como para refrendar su confianza y sufragio. Nadie se llame a engaño.

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