Los agresores, quienes llegaron a bordo de una camioneta tipo pick up de doble cabina, portaban metralletas y estaban encapuchados
6 de junio de 2022.- Un grupo de hombres encapuchados y armados con rifles de asalto, secuestraron a dos mujeres de la tercera edad, en pleno día en una céntrica y transitada calle de Ciudad Obregón, la segunda ciudad más poblada del estado de Sonora, hecho que ha causado conmoción en la entidad.
De acuerdo con información proporcionada por testigos, la privación ilegal de la libertad de las dos mujeres, quienes de acuerdo con la versión de testigos, tenían entre 60 a 70 años de edad, ocurrió alrededor de las 10:00 horas tiempo local.
Según los registros de un video de seguridad de una estación de gasolina cercana, las víctimas estaban a bordo de una camioneta color blanco y cargaban combustible cuando de pronto llegaron sus captores.
Los agresores, quienes llegaron a bordo de una camioneta tipo pick up de doble cabina, portaban metralletas y estaban encapuchados.
Los sujetos rodearon el vehículo para bajar a las mujeres por la fuerza; la conductora quien aparentemente era la más joven, le decía a la mayor que estuviera tranquila que no pasaba nada. Según versiones las mujeres eran madre e hija.
De acuerdo con testigos, la mujer mayor gritaba pidiendo clemencia a los agresores a quienes les decía que le iba a dar un infarto. En la grabación se aprecia cómo trató de resistirse, luchando para que no la subieran a la camioneta que abordaron los sospechosos.
Minutos después del secuestro, el sitio fue resguardado por agencias de seguridad municipales, estatales y federales, mientras los peritos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal recababan la evidencia.
Las autoridades del Estado y la Federación activaron un protocolo Código Rojo para dar con los responsables pero hasta el momento no se ha reportado la detención de ningún sospechoso y tampoco han sido identificadas las víctimas.
En redes sociales, familiares de las mujeres pidieron el apoyo de la ciudadanía para dar con su paradero.
La entidad, enclavada en el norte del país, vive una ola de violencia reconocida por las propias autoridades locales y federales. Sin embargo, la inseguridad no para de aumentar.