Se generan obstáculos en oportunidades laborales al pensar que las mujeres y las niñas tienen menor capacidad física o emocional
POR: FERNANDA MARTÍNEZ
Pese a que mujeres y niñas tendrán un ciclo menstrual gran parte de su vida, esta función fisiológica normal sigue rodeada de silencio, tabúes y estigma
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) explica que la desigualdad de género, pobreza extrema, crisis humanitarias y algunas tradiciones crean estigma y privaciones en la menstruación.
Esto pese a que la mayoría de las mujeres y niñas tendrán un ciclo menstrual todos los meses desde la primera menstruación hasta la menopausia.
Así, cuando no se tiene acceso a medios seguros de manejo de la higiene menstrual, no se puede manejar una menstruación con dignidad, generando una violación a los derechos humanos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los derechos humanos son aquellos derechos que todas las personas tienen en virtud de su dignidad humana.
Entre los derechos humanos violentados a mujeres y niñas en caso de recibir cualquier tipo de discriminación por motivo de la menstruación, están el derecho a la salud.
Esto debido a que cuando se carece suministros y servicios para manejar la salud menstrual, puede haber consecuencias sanitarias negativas.
Algunas mujeres recurren a trapos, hojas, periódicos u otros elementos improvisados.
Asimismo, si no pueden bañarse o cambiarse periódicamente sus toallas o tampones, probablemente provoque riesgo de infecciones urogenitales, como infecciones por levaduras, vaginosis o infecciones de las vías urinarias.
El derecho a la educación también se vulnera al incrementar la tasa de ausentamiento durante los días de menstruación.
No tener acceso a medios seguros de manejo de la higiene menstrual y la falta de medicamentos para tratar los dolores relacionados con la menstruación limitan las oportunidades de empleo para las mujeres y las niñas.
Otra de las afectaciones más comunes es la exclusión de la vida pública. Cuando los días de menstruación inician, muchas mujeres y niñas tienen restricciones culturales, tales como la prohibición de manejo de alimentos, la entrada a espacios religiosos o aislamiento.
Muchas veces la restricción es autoimpuesta al no participar actividades escolares, atléticas o en reuniones sociales.
También se generan obstáculos en las oportunidades laborales al pensar que las mujeres y las niñas tienen menor capacidad física o emocional debido a sus ciclos menstruales.
La UNICEF señala que el manejo de la higiene menstrual es un tema de derechos humanos, relacionado con la igualdad de género, derecho al agua y saneamiento, salud, educación y participación.
En la iniciativa «La higiene es nuestro derecho», se promueve a comprender a la menstruación como un proceso biológico completamente normal, que es mejor conocer cómo se presenta y cómo se maneja, incluyendo síntomas y otros efectos normales físicos y emocionales.
En este sentido, UNFPA recalca que la menstruación es un proceso natural; aproximadamente la mitad de la población humana la tiene o la tendrá.
Pero con demasiada frecuencia el hecho biológico de la menstruación es tratado como un secreto o una vergüenza, lo cual conduce a exclusión, abandono y discriminación.