China rechaza medidas de Estados Unidos sobre chips: una advertencia a guerra comercia

Una de las áreas más recientes de disputa entre China y Estados Unidos se centra en el sector de los semiconductores

 

En los últimos años, la relación entre Estados Unidos y China ha estado marcada por tensiones económicas y comerciales cada vez más intensas. Una de las áreas más recientes de disputa se centra en el sector de los semiconductores, con Washington aplicando medidas que, según el Ministerio de Comercio de China, distorsionan las cadenas globales de esta industria y socavan las normas comerciales internacionales.

Las acusaciones de China contra Estados Unidos son directas y contundentes. Se afirma que Washington generaliza el concepto de seguridad nacional para justificar sus acciones. Asimismo, China lo acuso de abusar de los controles de exportación y forzar a empresas a abandonar China en favor de sus intereses nacionales. Estas prácticas, según el portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yadong, son discriminatorias y violan las leyes del mercado.

Según el Ministerio de Comercio chino, la industria de semiconductores es altamente globalizada, producto de décadas de desarrollo y la contribución de múltiples países. Por lo tanto, cualquier intento de distorsionar esta cadena global afecta a todas las partes involucradas, incluidas las empresas chinas.

China, por su parte, reiteró su compromiso con una apertura de alto nivel, invitando a empresas de semiconductores de todo el mundo a invertir en su territorio y contribuir al desarrollo de la cadena global de esta industria. Sin embargo, las acciones de Estados Unidos podrían poner en peligro este objetivo compartido y generar consecuencias negativas para la economía mundial.

La posible inclusión de empresas chinas de chips en la lista de sanciones estadounidenses, especialmente aquellas relacionadas con Huawei, es vista por China como una forma de politizar y armamentizar las cuestiones económicas y tecnológicas. Este enfoque, según el portavoz chino, daña el orden mundial de la economía y el comercio.

Por una parte, China ha dejado claro que tomará las medidas necesarias para proteger los intereses legítimos de sus empresas. Asimismo, ha instado a Estados Unidos a evitar acciones que violen las normas económicas y comerciales internacionales.