De acuerdo con los reportes del Sistema de Transporte Colectivo Metro, al año se registran aproximadamente 22 mil 195 fallas; fallas que terminan por desincentivar el uso de transporte público y eleva el uso de autos particulares, señala estudio de la Universidad Autónoma Metropolitana
La chatarrización del Metro cada día va en avance; de los 390 trenes en existencia 107 están fuera de servicio, y sus piezas son reutilizadas para reparaciones de los otros que se encuentran en rehabilitación, señala un estudio la investigadora de la UAM-Iztapalapa, Miriam Sosa Castro.
Los trenes permanecen en los talleres de Ticomán y Zaragoza, a cargo de la Subgerencia de Mantenimiento Mayor del Metro.
«Solamente el 73 por ciento de los trenes funciona y el resto se encuentran incompletos, ya que de ellos se extraen las refacciones para los otros trenes», explica Sosa.
«El mantenimiento que se realiza en términos específicos, el material rodante, el 75 por ciento es de tipo correctivo, lo que ha tenido de consecuencia un envejecimiento», es decir la chatarrización del STC Metro de la Ciudad de México más que evidente.
El estudio subraya que la falta de trenes provoca que la capacidad de transportación sea insuficiente, además de desincentivar el uso del transporte público por sucesos como el choque de trenes donde perdió a vida una joven estudiante y decenas resultaron con lesiones; luego los incendios y supuestos robos de cable que retrasa el servicio.
Es de destacar un nuevo incidente, apenas la mañana del 4 de febrero, cuando un anciano quedó atrapado entre las puertas de la estación Hidalgo del metro de la CDMX y lamentarme perdió un dedo.
Envejeció el Sistema de Trasporte Colectivo de la Ciudad de México
Indica que la vida útil de estos trenes es de 30 años, pero se puede alargar otros 25 años más; pero siempre y cuando se de mantenimiento correctivo y refuerzo de los principales equipos mecánicos, eléctricos, neumáticos y electrónicos del tren«, enfatiza la investigadora.
Pese a ser una prioridad para la movilidad de la Ciudad de México, a las autoridades no parece importarles; en algunos casos los convoyes tienen una vida en operación de más de 53 años, además de carecer de mantenimiento preventivo.
Con base en los reportes del Metro, la investigadora señala que al año se registran 22 mil 195 fallas, las cuales impactan hasta 29 por ciento en los viajes en la Ciudad.
«Ha dado como resultado menor capacidad en el servicio e incremento sustancial en las fallas, generando constantes retrasos en la línea y en el sistema completo», afirma Sosa.
Por cada falla, calcula que 25 mil 75 personas pierden 5 minutos, un costo que repercute en la Ciudad al acumularse los retrasos.
Alerta sobre la probabilidad de generar accidentes más graves de los que ya se han visto en estos últimos meses y que son achacados por las autoridades a una conspiración en contra de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.
«La lamentable situación que enfrenta el STC Metro tiene altos costos para la población, los cuales no son visibilizados, porque son socializados, es decir, repartidos entre los millones de usuarios y miles de trabajadores».
Hoy en día 270 vagones están en servicio y, de estos, 240 se encuentran en circulación, según datos del STC Metro de la Ciudad de México, dados a conocer por la investigadora de la UAM.
Usuarios del transporte optan por el auto ante fallas en STC.
Las ya frecuentes fallas que ponen en peligro la vida de los usuarios desincentivan el uso del Sistema de Transporte Colectivo e incrementa el uso de autos particulares se afirma en el estudio de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Los percances tienen un gran costo social
La investigadora Miriam Sosa Castro, autora del texto, refiere que, al año, el STC registra 22 mil 195 fallas, y que cada una de estas impacta a 25 mil 75 personas, quienes pierden alrededor de cinco minutos de forma individual.
«Para la sociedad mexicana, (los percances tienen) un gran costo social, ya que. existe un detrimento de la calidad de vida, de las horas disponibles para el descanso, labores en el hogar, recreación y actividades culturales», indica el estudio.
Este tipo de hechos provocan que los usuarios prefieran realizar los viajes en auto, lo que, a su vez, impacta en los niveles de tránsito vehicular y en las emisiones de contaminantes.
«La ineficiencia e insuficiencia del transporte público en la Zona Metropolitana del Valle de México ha derivado en un incremento de los niveles de saturación vial», afirma Sosa Castro.
«Con todo lo que representa el Sistema de Transporte Colectivo Metro para la Ciudad, parecería evidente que debe ser una prioridad para las autoridades, sin embargo, no es así».
A diferencia de otro sistema de transporte, el Metro no genera emisiones ni entorpece la circulación vial. Además, permite el traslado de tres veces más pasajeros con dos veces menos energía que cualquier otro medio, sostiene la especialista.
Para mejorar el servicio del STC, es necesario implementar un plan de rehabilitación permanente, el cual rompa con el ciclo de deterioro que presenta el sistema actualmente.
Esto permitirá incrementar la capacidad de los viajes y reducir los costos de mantenimiento.
«Permitirá que la población cambie sus preferencias de transporte, sustituyendo el uso del automóvil por el viaje en Metro,» señala el estudio.
Aunque el Metro refiere contar con un parque de 390 frenes, 107 de estos son usados para extraer refacciones, por lo que se encuentran incompletos y en desuso.
En tanto, Guillermo Calderón, director del STC, indicó que actualmente se opera con 270 convoyes.
«Tenemos en servicio 270 trenes, de los cuales 240 circulan», indicó el funcionario.
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