La Constitución Mexicana de 1917 es el fruto del primer movimiento social que vio el mundo en el siglo XX. Las necesidades y aspiraciones de los mexicanos estaban detenidas por la barrera de la reglamentación jurídica; el movimiento rompió con el pasado y llevó al pueblo a darse una constitución que estuviera de acuerdo con su manera de ser, vivir y pensar.
En plena revolución mexicana en una nación tan dividida entre varios grupos que trataban de mejorar al país, existieron los “constitucionalistas” que bajo las órdenes de su dirigente Venustiano Carranza y enarbolando como ideal la constitución de las luchas liberales que tanto habían costado a la nación, trataban de lograr un “orden constitucional” que permeara en plena lucha revolucionaria.
Venustiano Carranza, al igual que la mayoría de los héroes de nuestra historia oficial, ha pasado sido consagrado en muchos murales que por lo general mitifican sus acciones; uno de los murales que resaltan su presencia pétrea es justamente el titulado “La Constitución de 1917” de Jorge González Camarena. Este mural ofrece una imagen del “Varón de cuatro Ciénegas” bastante idealizada: Un hombre robusto, con una gran barba blanca y sus infaltables quevedos… con la mano derecha firma el proyecto de constitución de 1917, mientras observa con valentía y seguridad el futuro prometedor que les aguarda a los mexicanos. Carranza, según este mural y los libros de texto, es el artífice de nuestra carta magna pero….
¡Carranza no fue el gran reformador de nuestra constitución! Incluso el primer jefe se opuso a que en gran medida la carta magna tuviera las características que hoy en día la distinguen. Aunque Carranza se levantó en armas contra Victoriano Huerta y acaudilló a los ejércitos constitucionalistas, no podemos ver en él un político progresista: sus convicciones siempre fueron porfiristas y lo acompañaron de por vida y, en el terreno político determinaron la mayor parte de sus decisiones.
Carranza ni siquiera creía en la educación pública: “Sólo cuando se sustraiga la educación del gobierno (dijo el 13 de septiembre de 1914) se formarán caracteres independientes. Por eso el señor Palavicini trata de suprimir el Ministerio de Instrucción Pública”.
Recordemos también que en 1915 lanzó a los batallones rojos contra los campesinos, y que en 1916 pondrá en vigor el decreto de pena de muerte para los huelguistas obreros como lo menciona en su libro José Revueltas “Ensayo sobre un proletario sin cabeza”
Una vez pacificado el país Carranza se vio obligado a ceder a las presiones de sus compañeros de armas que deseaban ir más allá de la carta magna de 1857 y no tuvo más remedio que reunir un congreso constituyente en el que se reunieron dos grupos extremos: los jacobinos que buscaban transformar México y los conservadores que no tenían la más mínima intención de cumplir con algunos de los ideales de los grupos revolucionarios.
El caso de una educación laica y gratuita que impulsaba Francisco J. Múgica, de la reforma agraria y del control absoluto de las riquezas del subsuelo que defendía Pastor Rouaix. El grupo jacobino estaba vinculado a Álvaro Obregón y a los generales más radicales, mientras que los conservadores coincidían con Carranza.
Por tanto seguir pensando que Venustiano Carranza es el gran artífice del constitucionalismo es tanto como estar en un error fatal. Carranza al igual que muchos políticos que han tenido un protagonismo en nuestro país solo se han basado en una supuesta legitimidad que si no les da la carta magna, simple, la reforman a antojo.
¿Hasta cuándo vivir en el error? Bueno, hasta que se aprenda a vivir acorde a lo que es, más no a lo que gustaría que fuera y por tanto para adecuarse a una realidad mórbida simplemente se reforma o mejor dicho se deforma.
¿Tú lo crees?…. Sí sin duda tenemos una constitución a modo.