Periodista por decisión, psicóloga por estudio, corresponsal por siempre, ellas es Bertha Alfaro. En cada nota transmitida va demostrando su pasión y compromiso, por eso está cumpliendo 29 años de nutrir los noticieros de Televisa con los sucesos más importantes que pasan en el estado de Hidalgo. Bertha Alfaro, la misma que en su columna que tiene en el periódico Criterio, reflexiona sobre las cuestiones más significativas de este región bella y Airosa. Entre los reconocimientos que ha recibido, pueden mencionarse:
- Premio Estatal de Periodismo con el reportaje de “Interpretación del Himno Nacional en Lengua Hña Hñu por niños indígenas del Valle del Mezquital”.
- Premio de Periodismo Educativo que otorga el SNTE. A
- Premio Nacional de Locución que otorga la Asociación Nacional de Locutores recibiendo la Medalla Humberto G. Tamayo por su trabajo a favor de la cultura por la organización del Concierto Ecológico en las Grutas de Xoxafi en Santiago de Anaya, Hidalgo.
- El Senado de la República reconoció su labor de 25 años en el periodismo en Hidalgo.
Fue precisamente un 1º de junio de 1992 cuando decidió convertirse en corresponsal de Televisa, relatando la historia de la entidad. A su juicio, “…hay sucesos que te marcan, que te impresionan y que forman parte de tu experiencia para que sepas o intentes reaccionar ante esas situaciones lo más profesional que se pueda, aunque el corazón se te haga pedazos. Recuerdo una tragedia terrible en el estado. Cuando yo llegué muchos de los muertos ya estaban en una como especie de anfiteatro que pusieron de improviso. Decido acercarme a ese sitio y hacer una toma con la cámara. Al aproximarme alcanzo a escuchar que alguien le grita a la persona que están dentro de ese lugar: “No dejen entrar a la Alfaro, ahí viene”. Esa actitud me molestó mucho. Y molesta que abro la puerta de un solo empujón. Al entrar lo primero que veo es a la gente que estaba haciendo las autopsias. La escena fue impresionante. Tenían tomado de las piernas y brazos a un niño, como si fuera un animal que se iba a sacrificar. Fue tal la impresión que yo estaba llorando, lloré de impotencia, me salí más enojada. Fue muy impresionante porque además se trataba de un bebé precioso, estaba completamente desnudo, su piel era blanca, rostro inocente… y lo aventaban como si no fuera un ser humano”.
Cuando yo escribí mi libro “Bellas y Airosas: Mujeres en Hidalgo” (2011), no dudé ni un instante en que ella tenía que ser una de las voces atrapadas en sus páginas. Así fui a entrevistarla para confirmar que Bertha Alfaro es una reportera para quien su labor “ha sido un reto y una pasión”. Por eso, para celebrar esos 29 años de ser corresponsal evoco los pasajes más significativos de esa charla que tuve con ella.
Fue así como descubrí que es una hidalguense por decisión, vivió su infancia en esta región, aprendiendo de las abuelas, de la tierra de su madre y del bello poblado de Progreso. Después se fue a vivir a la ciudad de México, donde dudó de su vocación y aunque en orientación vocacional le dijeron que lo suyo era el periodismo, prefirió estudiar psicología.
Pero el destino ya estaba marcado y después de buscar trabajo en varios lugares, alguien le aconsejó hacer una prueba en Televisa donde estaban pidiendo personal. Se quedó y la contrataron para coordinar espectáculos y cultura en Televisa.
Trabajó con entusiasmo y poco a poco el periodismo se volvió una pasión. Luego de casarse y tener a su único hijo, se aleja un poco de ese ritmo de vida. Pero, luego de divorciarse, regresa a la empresa que planeaba abrir una corresponsalía y la quieren de titular. Le dan a escoger entre tres estados: Hidalgo, Tlaxcala y Colima. “Obviamente -afirma- escogí Hidalgo”. Regresar a sus orígenes le brindó los elementos necesarios para comparar y valorar su vida. Fue así como se convirtió en una tradición escuchar una nota sobre Pachuca o Tulancingo, Huejutla o el valle del Mezquital y el crédito final siempre firmado por la misma persona: “Informó desde el estado de Hidalgo, Bertha Alfaro”,
Sencilla y realista asegura que nunca he creído que por trabajar en Televisa tenga privilegio o sea mejor que nadie. Sencillamente “se trata de informar, jamás de decir algo sin tener los elementos”. Advierte que una difamación en televisión es brutal y puede acabar con alguien. Por eso ha preferido siempre ser “muy respetuosa, muy cuidadosa, si hay algo que no tenga yo seguro no lo digo hasta que no esté confirmado”.
Sin duda en estos 29 años ha vivido muchas situaciones, tantas experiencias inolvidables. Entre ellas evoca lo que pasó en la escuela rural el Mexe, cuando le tocó cubrir ese evento a principios del siglo XXI. “Fue muy impresionante, nunca había vivido algo así. Me acuerdo que estaban los policías hincados ahí en la plaza, los tenían como en un teatrito al aire libre., enfrente de la plaza. Los tenían arriba. A mí se me hizo bien fácil subirme y entrevistar al que los estaba cuidando. Tengo amigos policías que estaban en ese momento ahí, detenidos. Después me confesaron que estaban más preocupados por mí que por ellos, creían que me iban a hacer algo. Cuando entramos al Mexe ya se estaban balaceando y yo no lo pensé, el peligro se borró. En ese momento trabajas por impulso, la adrenalina de conseguir la nota, te vuelve osado. Atitalaquia fue otra experiencia que me dejó muy marcada. Nos echamos toda la noche ahí, yo nunca había estado sin dormir toda la noche. El silencio a veces era atroz. Los gritos de la gente te ponían en alerta, micrófono y cámara listos. Todas esas experiencias te marcan, te hacen respetar más la vida, a la gente. Te indigna más que la gente sufra. Te lastiman mucho los problemas de la gente pobre, pero me da más lástima que hayan pasado tantos años y no haya cambiado nada. Pese a la denuncia, a pesar de mostrar la extrema pobreza de gente trabajadora y noble, no pasa nada. Pero, yo sigo duro, y duro, y duro, y duro. A ver quién se cansa primero…”
Pese a ese ritmo de vida también reconoce tener sus ratos de paz. “A mí me gusta platicar mucho. ¿Se nota? Estoy en una clase de danza porque me encanta bailar. Considero que, si uno se siente bien, proyectas que te sientes bien. Soy de las que gustan de apapacharse mucho, cuidarte. No por vanidad sino por sentirte bien”.
Finalmente, en esa charla que tuvimos reafirmó que “el periodismo te da tantas oportunidades de bendecir la vida o de mostrar a quién maldecir por complicarla. El periodismo te abre la puerta a escenarios que nunca en la vida te hubieras imaginado pisar y describir y exponer y compartir…”
Gracias Bertha Alfaro por estos 29 años de compromiso periodístico.