“Por fin, Ana Lau Jaiven señala obstáculos importantes en la lucha feminista en México, como son la generalidad de las demandas y su profundidad, la dificultad de construir una estructura orgánica en el movimiento. El libro de Ana Lau Jaiven es una muestra muy rica de reconstrucción de la historia contemporánea basada en la historia oral. Es también un testimonio fundamental de una lucha que cuestiona las bases mismas (el desempeño cotidiano) de la estructura social y cultural mexicana.”
Una de las primeras reseñas en torno al primer texto publicado por una de las historiadoras mexicanas más destacas, señalaba con acierto la aportación de ese texto y advertía que, a partir de ese momento, el tema iba a ser abordado en la academia con rigor y compromiso. Así, en 1987 quienes nos interesábamos por el feminismo en México logramos tener en nuestras manos un libro que presentaba un panorama muy completo que nos ayudaba a identificar nombres, perspectivas, alianzas y diferencias de esa nueva ola que se dibujaba en nuestro país, una ola que apostaba por los derechos de las mujeres, señalaba las diferencias y desigualdades, los restos y logros. El nombre de su autora quedó por siempre grabado en mi mente: Ana Lau Jaiven y ese libro se convirtió en un referente obligado: “La nueva ola del feminismo en México”.
Aunque no soy historiadora, me he pasado gran parte de mi vida escribiendo sobre el pasado de las mujeres periodistas de nuestro país y ha sido un verdadero honor no solamente leer cada artículo u obra de Ana Lau, también ser su alumna, platicar con ella, sentirla amiga, cercana, aliada. Nadie como ella para detallar la trayectoria de Juana Gutiérrez de Mendoza, fundadora del periódico Vésper que fue uno de los más críticos contra el porfiriato. Nadie como ella para tomar la iniciativa y hacer realidad el proyecto de tener un “Diccionario Enciclopédico del Feminismo y los Estudios de Género en México”.
Doctora en Historia, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, infinidad de artículos publicados, bien advirtió en una entrevista: “Soy académica, no militante, ojo, porque hay académicas que sí se identifican como militantes. Mi militancia es distinta, es académica, porque sí enseño que hay hombres y mujeres. Es decir, que en la historia no sólo existen los héroes de bronce con bigotes a lo Zapata o Stalin: las mujeres tenemos una historia y hay que contarla. El feminismo tiene tres vertientes. La política: el cambio de las relaciones entre hombres y mujeres. La praxis: estar en la calle, demandar, gritar. Y la teoría: la académica, enseñar el feminismo.” Y ella lo ha enseñando en sus cursos y conferencias, en las charlas luego de un congreso, mientras paseamos por una ciudad colonial o compra regalos para sus nietos.
Ana Lau es generosa, siempre comparte el dato preciso, corrige cuando es necesario y aporta pautas metodológicas para buscar a las mujeres en cada escenario histórico. Ha recibido infinidad de reconocimientos, como el Premio Clementina Díaz y de Ovando 2015, otorgado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) en reconocimiento a la Trayectoria y la Investigación Histórica. En otra charla periodística, compartió el origen de su compromiso: “Siempre me gustó la idea de estudiar el pasado a través del presente, saber cuáles son mis interrogantes, qué es lo que me interesa y a partir de ahí responderme en el pasado; de ahí empezó mi interés por las mujeres”
Así que, cuando deseen explorar cualquier época de la historia de México y deseen encontrar a las mujeres que participaron, nada como leer los trabajos de Ana Lau, nuestra historiadora, que justo este 7 de septiembre cumplió años y una manera de agradecerle su existencia es reconociendo sus aportaciones, su necedad e inspiración de hacer visibles a las mujeres mexicanas en cualquier periodo histórico.