roberto cienfuegos

Puede que el presidente Andrés Manuel López Obrador tenga razón al decir que ni disfrazados podrían regresar al poder los priistas, panistas y perredistas que ayer domingo formalizaron la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez, la hidalguense que ha levantado el ánimo de la oposición, desdibujada hasta hace menos de tres meses, pero que ahora con el respaldo ciudadano reta a poner fin al obradorismo.

Puede que el presidente López Obrador tenga razón cuando dice, como la víspera, que ni engañando, regresarán al poder los corruptos como llama a sus adversarios, y que están listos para disputarle el poder.

Puede que tenga razón al decir que no buscará la reelección como dijo ayer cuando encabezó la inauguración del Bulevar Luis Donaldo Colosio y el Distribuidor Aeropuerto en Cancún, esto en respuesta a un grupo de seguidores que le pidieron otros seis años al frente del Ejecutivo Federal. López Obrador dijo que es maderista y seguidor de la consigna de «Sufragio efectivo, no reelección».

Puede que tenga razón cuando el primer mandatario también dijo que no hay nada que temer porque ya cambió la mentalidad del pueblo.

Puede que el hoy inquilino de Palacio Nacional tenga razón cuando ratificó que el pueblo es mucha pieza.

Puede que el hijo de Macuspana tenga razón cuando aseveró que el pueblo ya se echó a andar.

Puede que el progenitor de los otros datos tenga razón cuando de por descartado el regreso de sus adversarios, así haya hecho la pregunta a sus seguidores sobre si ellos creen que éstos van a regresar.

Y puede que el jefe supremo de las Fuerzas Armadas de México tenga razón cuando asegura que la actual “ya es otra realidad», así haya 164 mil homicidios en lo que va de su sexenio.

Pero también, ojo, puede y siempre cabe la posibilidad que no tenga razón el hombre que prometió un cambio verdadero en México, un estado pleno de derecho, el regreso de los militares a sus cuarteles, la pacificación nacional, un crecimiento económico de cuatro a seis por ciento, y muchas otras cosas más en las que creyeron poquito más de 30 millones de mexicanos. Al fin y al cabo, los mexicanos aún podemos o no podemos creer en todo lo que dice AMLO. ¿O no?

@RoCienfuegos1